Champions

Agonía eterna del Barcelona: no puede con el Benfica y se juega la clasificación ante el Bayern

El equipo de Xavi empezó bien y acabó desfondado. Sigue dependiendo de sí mismo para llegar a octavos... Pero tiene que ganar en Múnich, lo que hoy por hoy es un milagro

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El Barcelona está condenado a agonizar hasta el último partido en esta Champions, destinado como parece a quedar fuera de los octavos, aunque con una esperanza en la jornada final. Depende de sí mismo, sí, pero... Ja, para clasificarse tiene que vencer al Bayern en Múnich, lo que hoy por hoy parece misión imposible, o esperar que el Benfica tropiece con el Dinamo de Kiev, algo que también es poco probable que suceda. No aprovechó su bola de partido el conjunto de Xavi, que con vencer al equipo portugués en el Camp Nou lo tenía hecho. Pero no pudo, pese a tener al estadio hirviendo a su favor como pocas veces en una noche fría. Quizá esta es la realidad barcelonista: peleó la batalla, pero no la supo ganar.

Ante la gran cantidad de bajas y la falta de extremos cambió el sistema Xavi para apostar por la presencia de tres centrales y dos carrileros largos. Eso penaliza a Jordi Alba, que es mejor cuando llega por sorpresa que cuando tiene que transportar el balón. Por el otro costado a Demir le costó entrar en juego, pero al final lo logró e incluso estrelló un balón en el larguero cuando peor lo estaban pasando los suyos, cuando el duelo se había igualado en la primera mitad y el Benfica demostró que es un gran equipo. Ter Stegen había evitado de milagro justo antes el gol de Yaremchuk, que cabeceó un córner, y a continuación le anularon uno a Otamendi en el siguiente saque de esquina porque el balón había salido por el fondo antes. Con eso se sacudían los portugueses la presión que habían sufrido hasta ese momento.

Xavi ha repetido muchas veces desde que llegó que lo importante no es el sistema, es la idea, y sus futbolistas la interpretaron a la perfección durante media hora. Bajo un diluvio tremendo se desplegaron los jugadores azulgrana de forma fantástica, con velocidad de pelota e intención, pero sin puntería en las llegadas de Gavi y Jordi Alba. El entrenador no da tregua y aprovecha un saque de banda para coger a Araujo y darle indicaciones como loco. El central, por cierto, se mostró impecable en el corte, en los uno contra uno, en la valentía, y acabó marcando en fuera de juego... Con la defensa muy tirada arriba, apretaba el Barça para recuperar la pelota rápido y encerraba al Benfica. Nico se dio una paliza tremenda y lo pagó en la segunda parte. Por momentos estaba en todos lados, y Busquets filtró un par de pases espectaculares. No aprovecharon su momento y el paso de los minutos lo igualó todo.

El Benfica volvió reforzado del descanso y se hizo con la pelota. El cansancio de Nico lo suplió Gavi, que parece que no se cansa y que fue a la guerra. Pero el equipo portugués estuvo cómodo hasta que entró Dembélé. El francés forzó para jugar y en la primera oportunidad ya se fue de Grimaldo por banda. Jorge Jesús tuvo que reforzar la banda con otro hombre, Lazaro, pero a veces hasta cuatro iban a intentar detener al extremo. Le faltó decisión en un mano a mano a Memphis y la táctica fue dando paso a la heroica, al ida y vuelta en el que cualquier cosa puede suceder. En el Barça era balones a Dembélé y a ver, y en uno de sus centros De Jong obligó a Vlachodimos a volar. Pero es que en el otro lado entró Darwin y fue una pesadilla con su velocidad, aunque quien más cerca estuvo de lograr el gol fue Seferovic, que falló un tanto cantado que nadie podía creerse.

Las ganas del Barça no fueron suficientes. Y esta Champions sigue siendo una tortura. Las dos últimas veces que se han enfrentado al Bayern se ha llevado una pana: 2-8 y 0-3.