La FIFA ya advritió en 2024 de las carencias de Málaga para albergar el Mundial

Mientras desde las instituciones malagueñas se trata de poner el foco en una nueva Rosaleda "sin la presión de fechas del Mundial", y se van deslizando varias ubicaciones posibles de este nuevo coliseo -que, en cualquier caso, no son más que castillos en el aire por el momento-, la resaca de la renuncia de Málaga se va digiriendo en la ciudad.

Sin embargo, no se trata de algo sobrevenido, por más que a algunos sectores malagueños los haya pillado por sorpresa. La FIFA ya alertó en su informe de los problemas que tendría Málaga para albergar el Mundial 2030, cuando analizó todos los estadios candidatos para ser sede.

De hecho, La Rosaleda recibió el puesto 18 de entre los 20 campos que optaban a acoger el mayor evento deportivo que se haya visto en nuestro país, al menos en lo que va de siglo. Es decir, que desde el principio los organismos internacionales que supervisaban la candidatura española y de todas las ciudades que se postulaban como sede vieron venir las carencias de la capital de la Costa del Sol.

De las tres áreas que valoraba la FIFA respecto al estadio malacitano, dos de ellas aparecen en rojo en el informe, como áreas que suponen un riesgo directo para la viabilidad del evento. En concreto, el organismo rector del fútbol mundial alertaba del "riesgo potencial para asegurar la financiación y el proceso de construcción", señalando tanto al gobierno nacional como a las instituciones locales y autonómicas como responsables.

En aquel momento, tanto el Ayuntamiento de Málaga como la Diputación y la Junta de Andalucía, todas propietarias de La Rosaleda a razón del 33 por ciento cada una, aseguraron que el proyecto de reforma de La Rosaleda era viable y, además, habría una alternativa que no perjudicase al Málaga CF, el club de la ciudad. Año y medio después, parece que era la FIFA la que estaba en lo cierto. La única realidad es que, finalmente, el Mundial 2030 pasará de largo en Málaga.