Ganó el ADN del Madrid campeón

El sábado vivimos una final épica ante una auténtica marea de seguidores de ambos conjuntos, que dieron un gran ejemplo de convivencia y deportividad, por las calles y en el estadio. El partido fue a cara de perro, cada uno con su estilo y sus virtudes. Por entrega y compromiso había que entregarle la «Orejona» a los dos equipos, pero sólo puede haber un ganador y fue el Madrid, que levantó su décima «Champions». Y lo hizo porque fue mejor que su rival, a pesar de que los de Ancelotti se encontraran por detrás por el gol de Godín...

- Costa, el error del Cholo

Simeone cometió el gran error de alinear a Diego Costa y desafiar las leyes de la naturaleza con la ya famosa placenta de caballo. Su efecto sólo duró hasta que Costa dio su primera carrera y comprobó que no podía seguir. Esto restó un cambio a los colchoneros y muchos de sus hombres acabaron acalambrados por el esfuerzo físico.

- El mejor central

Ramos se coronó como el mejor central del momento con una exhibición. Imperial. Lo hizo todo bien, en defensa y en ataque, y su golazo fue clave. Otro triunfador fue Carvajal. Qué gran partido. El de Leganés presentó sus credenciales para defender el lateral derecho de nuestra Selección en Brasil. Dicen las crónicas que 40 años después y en otra final de «Champions League» el destino muestra su crueldad con el Atlético. Esta crueldad está más latente por la tardanza del gol de Ramos. Los que tuvimos la fortuna de presenciar la final en directo estábamos convencidos de que si el Madrid lograba el empate, la final era suya. Simplemente la victoria cayó del lado del mejor equipo, el que más atacó y buscó el triunfo sin desmayo. Su gen y ADN ganadores salió a relucir. Pese a todo, este Atlético es de matrícula de honor y ha protagonizado una temporada fantástica, con el título de Liga. Felicidades.