Selección Española
Confianza en De Gea
Fernando Hierro explica su nueva vida, sin tiempo apenas para prepararse y mantiene su fe en el portero a pesar de los fallos en el estreno contra Portugal
Fernando Hierro explica su nueva vida, sin tiempo apenas para prepararse y mantiene su fe en el portero a pesar de los fallos en el estreno contra Portugal.
David de Gea es un hombre tranquilo y Fernando Hierro no ha tardado en comprobarlo. «A veces las cosas necesitan su tiempo y espacio, no todo es acción-reacción. Tuvieron un día libre, relajó su cabeza. Nos interesa más la naturalidad con la que tomamos las cosas. Necesita oxígeno. Hemos actuado con naturalidad. A veces el cuerpo te pide actuar rápido, otras dar distancia. En este momento hemos hablado con su entrenador del día a día (Ochotorena) y tenemos claro el camino», advierte el seleccionador. Y el camino lleva a De Gea a ocupar la portería de nuevo contra Irán. «En la dificultad juega la psicología y personalidad de cada uno, cómo lo vea y su reacción ha sido de naturalidad. Ya ha pasado por situaciones difíciles, nadie le ha regalado nada y vamos a ser lo más justos posibles», explica el seleccionador. De Gea era el portero de Lopetegui y seguirá siendo el de Hierro salvo que se produzca una catástrofe. «Lo vemos tranquilo, entrenar como siempre y sabemos lo que es el fútbol, un momento puntual. Desde ahí, toda nuestra confianza y nuestro afecto. Tengo claras mis ideas y el camino a seguir, por mi experiencia sé que los deportistas necesitan confianza, no sólo en los buenos momentos», añade en un encuentro con los medios en Krasnodar.
El de la portería es sólo uno de los problemas que ha tenido que afrontar en su atropellada llegada al banquillo de la Selección. «Sé que soy seleccionador por circunstancias, no lo soy por mi currículum de entrenador. Mi nombramiento es debido a unas circunstancias y sin ellas sería difícil que fuera seleccionador. Lo tengo claro, lo digo con todo mi corazón. Es la realidad, no me puedo engañar», admite. «La experiencia del año que estuve entrenando en el Oviedo me enriqueció mucho y ha sido fundamental para aceptar este reto. Tengo un reto precioso, apasionante, que voy a vivir al día. No me planteo nada que no sea disfrutar cada entrenamiento y cada partido. No me quiero perder ni un segundo de disfrutar el día a día. Lo que vaya a pasar, no lo sé, lo ignoro. Sólo puedo controlar disfrutar de esta magnífica experiencia», explica.
Su llegada fue atropellada para él y para los jugadores, que no se mostraron muy afectados por el golpe en el estreno mundialista contra Portugal. Después de una semana muy agitada en la que lo de menos parecía el fútbol. «Los chicos han mostrado una madurez excepcional y han dado una lección dentro y fuera del campo. Son un grupo maduro, que tiene personalidad, son todos jugadores de élite que viven en el alambre a diario. Tienen una cabeza privilegiada y gestionan muy bien las mini crisis», reconoce. Desde que llegó al cargo, Hierro insiste en que el Mundial es una oportunidad que no regresa. Se juega cada cuatro años y muchos no llegarán al próximo. «Les transmitimos que el 15 de julio termina el Mundial 2018 y luego ya no hay más. Este Mundial no vuelve más», les avisa.
Hierro asume que la Selección es suya por accidente, pero reconoce que el trabajo es de Lopetegui y que gran parte del mérito de lo que consiga España será suyo. «Me pasaba como jugador y cuando lo he vivido como entrenador. Cuando llega un técnico nuevo los jugadores se ríen, hay buen ambiente y a los dos meses viene una mini crisis y ya no es tan sano. Hay que tomarlo con naturalidad. Esta selección tiene derechos de autor, los de su entrenador que ha estado con ellos dos años trabajando. A partir de ahí cada uno tiene un toque especial, pero esta selección tiene derechos de autor», afirma. Aunque su idea no está muy lejos de la que guió a Lopetegui durante los últimos dos años. «Me gusta que mis equipos jueguen bien, que compitan, que tengan su estilo propio e intentemos tener personalidad con balón, pero todo el mundo nos analiza y sabe cómo hacernos daño. Tenemos que estar preparados para ello», dice.
Para Hierro no han sido fáciles los últimos días. «Me gustaría contarlo, pero no puedo», dice cuando le preguntan por lo más difícil. «Esos cuatro días cada uno los vivió a su manera. Yo he vivido los míos», dice. Y, además, tenía que adaptarse a su nuevo trabajo. «Los tres primeros días no encontraba horas para ver más vídeos».
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