Final

Mundial de Qatar 2022. La estrella es Griezmann

El jugador del Atlético ha retrasado su posición en el campo para liderar a Francia en la pelea por repetir el título mundial

Antoine Griezmann, en un entrenamiento con Francia
Antoine Griezmann, en un entrenamiento con FranciaEFE/JUAN IGNACIO RONCORONIAgencia EFE

«Argentina tiene al mejor jugador del mundo», dice Griezmann, pensando en Messi. Quizá porque sabe que él es el mejor jugador de Francia. O al menos el más importante. Mucho más que Mbappé, aunque el jugador del Atlético de Madrid no haya marcado aún en el Mundial.

Griezmann ha modificado su posición para dirigir a Francia desde el centro del campo. La llegada de Mbappé ya le hizo dejar de ser el protagonista principal del ataque francés en el Mundial de Rusia hace cuatro años. La presencia, además de Giroud y de Dembélé en la delantera le ha hecho buscarse la vida más atrás, donde se ha convertido en una solución para Deschamps. Ante las ausencias por lesión de Kanté y Pogba, Griezmann ha asumido el liderato en el centro del campo.

En Francia ha enseñado todo lo que ha aprendido en el Atlético del Cholo. Con el técnico argentino aprendió a sacrificarse y en su primera etapa, además de ser el máximo goleador del equipo, era un jugador fundamental en la recuperación del balón. Y así se le vio en el partido contra Marruecos, donde fue más importante en su área que en la contraria. «Griezmannkanté», le llamó Pogba en sus redes sociales, en lo que supone un elogio para él por su esfuerzo y para el ausente Kanté.

Messi y Mbappé son los máximos goleadores del torneo, pero pocos jugadores hay en el Mundial que tengan el peso de Griezmann en su selección. Un futbolista de perfil ofensivo como él, por ejemplo, recuperó cuatro balones en el partido contra Marruecos. Y esos datos, añadidos a su capacidad para jugar con el balón, hicieron que recibiera el premio al mejor jugador del partido que entrega la FIFA en cada encuentro en Qatar.

Su labor ha cambiado, ya no es el futbolista que termina la jugada, ahora es el que roba o el que pone la pelota para que sus compañeros rematen, como sucedió en los dos goles de Francia en los cuartos de final contra Inglaterra.

Aunque Griezmann no cree que su función en el equipo haya cambiado demasiado. «Siempre ha sido así, trabajar arriba y defensivamente. Tengo más gente delante y estoy más en la creación y en buscar a esos delanteros en vez de finalizar. Lo que necesite el equipo y lo que haya que hacer para ganar», dice, siempre dispuesto a ayudar donde más falta haga a su selección.

Antoine está pendiente no sólo de su trabajo sino también del que necesita su selección en otras zonas del campo. «Los marroquíes me han impresionado por el trabajo colectivo ofensivo y defensivo. Tras el descanso nos han generado muchos problemas. Menos mal que el entrenador se ha dado cuenta y ha puesto a Marcus Thuram para ayudar a Theo en la banda que le estaban creando muchos problemas», analizaba después de la semifinal.

La labor de Griezmann tampoco pasa inadvertida para exjugadores como Diego Forlán. El uruguayo se encuentra en Qatar como comentarista para una televisión de su país y no se muestra sorprendido por el rendimiento del francés. «Sorprendido, no. Los que estamos dentro del fútbol conocemos bien cómo es. Lo que está haciendo Griezmann ya lo ha demostrado y lo ha hecho en el Mundial pasado también. También hay jugadores del otro lado, como De Paul o Julián Álvarez. La final no se reduce a lo que puedan hacer Messi y Mbappé».

«Con Leo en el equipo rival siempre es diferente. Hemos visto todos los partidos de Argentina, es un equipo difícil, que está en plena forma y que también tiene mucha serenidad en su grupo, como nosotros», dice Griezmann, que no pierde la admiración por el que fue su compañero en el Barcelona.

Pero confía en las posibilidades de su equipo. «Es muy bonito lo que estamos haciendo. Estoy orgulloso del trabajo del equipo, queda un partido de 90 minutos que habrá que darlo todo y seguir compitiendo como lo estamos haciendo», afirma.

Griezmann ha jugado todos los partidos de titular, menos el tercero de la primera fase contra Túnez. Francia ya estaba clasificada y el delantero del Atlético entró en el minuto 73.

A los 31 años ha alcanzado el nivel de madurez necesario para ser el líder de su equipo. A su lado Tchouaméni ha crecido y se libera más que en el Real Madrid para llegar al ataque. Alrededor de Griezmann rotan las posibilidades de Francia de volver a ser campeona del mundo.