Fútbol
Las Palmas - Real Madrid (1-2): Remontada a remontada
Un gol de Vinicius y otro de Tchouameni a balón parado remontar el tanto anterior de Las Palmas
En uno de los gags más recordados de la serie El Príncipe de Bel-Air, el entrenador de baloncesto del equipo, en un tiempo muerto, da las instrucciones al equipo. Son sencillas: pasarle el balón al protagonista, a un joven Will Smith, con tanta carrera por hacer aún.
Sin ser tan exagerado, esas podrían ser las instrucciones de Carlo Ancelotti en el Real Madrid cuando las cosas se complican (y últimamente lo hacen demasiado): dadle el balón a Vinicius, seguramente dirá el entrenador italiano, porque no hay otro jugador como el brasileño para remover al equipo rival, cambiar el ritmo de un partido lento y pesado y remontar el marcador cuando el choque enfilaba el final del partido. Vinicius hizo el tanto del empate, tras un maravilloso pase de Camavinga y Vinicius se inventó la jugada que terminó en córner, que terminó en el remate de Tchouameni. Porque una de las instrucciones de Ancelotti es dársela al delantero y la otra es aprovechar al máximo las jugadas a balón parado. En los momento más delicados, el Real Madrid ha sacado todo el jugo posible de esas jugadas: Lucas Vázquez, Rüdiger y en Las Palmas, Tchouameni, han dado victorias que seguramente serán decisivas para conquistar el campeonato.
Pero para ganarlo, el Real Madrid necesita un cambio urgente de actitud, que alguien convenza a los futbolistas de que los partidos duran dos partes de cuarenta y cinco minutos, que estos días parece que creen que los encuentros sólo empiezan tras el descanso. Contra el Almería, la primera parte fue un despropósito; en Las Palmas fue mucho más seria, pero se pasó entre aburrimiento, pases y muy poca mordiente por parte de los dos equipos. Las Palmas porque juega así, sin prisa, con muchos pases en su campo, intentado atraer al rival a la espera de que se abran espacios en el fondo; y el Real Madrid porque no tuvo a nadie que rompiese el ritmo. Sin Bellingham, Ancelotti inventó un centro del campo con Camavinga, Kroos, Ceballos y Brahim y no funcionó. Los dos primeros sí. Sobre todo Camavinga, que sostuvo al equipo cuando nada salía y que se inventó el pase a Vinicius en el gol de empate como si fuese Laudrup y luego Kroos, que es imprescindible.
Brahim no tuvo su días y Ceballos lleva una mala racha, que empieza a durar demasiado. El futbolista andaluz, sin apenas regularidad, ha tenido algunos momentos buenos en el club blanco, en los que demostraba su calidad y distinción, ahora, corriendo lo de siempre, no se distingue del resto, no hace avanzar al equipo de Ancelotti. Apenas atacó el Real Madrid, Rodrygo pasó por el partido otra vez sin hacer un ruido futbolístico, pero con un manotazo al portero al principio que delata sus nervios. Le provocaron y cayó. Antes no picaba en esas cosas.
Pasó la primera parte, quizá contagiada del tiempo casi de verano a finales de enero, pesado, extraño, un aviso del fin del mundo. Por suerte para el espectáculo, mejoró en la segunda mitad, en parte porque Las Palmas tuvo más ambición, más rapidez y en parte, también porque el Madrid es menos fiable que antes. En una contra, Nacho apareció dos veces en la jugada: al empezar y al acabar y en las dos está igual de desorientado. No está en su mejor momento el canterano y eso es algo que no puede permitirse ahora el Real Madrid para lo que viene.
El gol despertó al Real Madrid, que llevó a cabo aquello de pelotas a Vinicius. Por fin hacía daño por ahí el equipo blanco, con Vini acompañado por Fran García. La presencia del lateral en ese lado sólo tiene sentido cuando en el área está Joselu. Pero tuvo que esperar a que Ancelotti hiciese los cambios. Ancelotti sacó al delantero para tener un modo de llegar al área y a Valverde, para que el centro del campo empujase un poco.
El partido se volcó, por primera vez, hacia el área de Las Palmas. Ya no podía presionar arriba porque el Real Madrid empujaba, con los laterales y con todo el centro del campo. Ya era un equipo más reconocible, los cambios habían, valga la redundancia, cambiaron al equipo. Estos días es mejor Ancelotti como entrenador intervencionista que como entrenador titular. En un partido con más tensión, el Real Madrid fue mejor por fin que el rival. Hay que aguantar al Madrid ahí, cuando te empuja, cuando se enfada y se pone con el objetivo entre los dientes afilados. Hay que saber defenderle las jugada a balón parado. Nadie lo está consiguiendo.
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