Fútbol
Real Madrid - Almería (3-2): Carvajal sostiene al Madrid más débil
El Real Madrid ganó al Almería con un tanto agónico del Carvajal en un partido que iba perdiendo 0-2 en el descanso. El VAR, muy protagonista
Carvajal se quitó la camiseta con rabia, con la vena encendida, esa de las grandes ocasiones, de las jugadas al borde del abismo que terminan en victoria. Fue el lateral derecho del Real Madrid, otra vez, y van muchas esta temporada quien marcó el agónico gol que evitó una decepción inesperada en el Santiago Bernabéu. Ganó el Real Madrid sufriendo lo que no esperaba en un día que tenía que ser de trámite y se convitió en una sucesión continua de acontecimientos, de errores, goles, decisiones arbitrales que se rearbitraban y tensiones. El colista de LaLiga se puso firme ante el líder y el campeón de la Supercopa y le hizo sufrir y mucho.
Si la derrota contra el Atlético de Madrid fue dolorosa, pero no preocupante, la victoria contra el Almería, feliz, obliga, sin embargol al Real Madrid a hacerse varias preguntas acerca de cómo se encuentra. El Almería llegó al Bernabéu sin haber ganado un partido en lo que llevamos de competición y se marchó con la sensación de que estuvo muy cerca de sacar algo positivo del estadio madridista. El Real Madrid de Ancelotti, que apenas tocó el equipo titular, se desinfló tras el ritmo trepidante de derbis y Clásico de los días atrás. Antes o después jugar con esa intensidad de manera continuada tenía que pasar factura y el Real Madrid los sufrió en una primera parte lamentable. La peor de lo que llevamos de curso, superando incluso el choque de LaLiga en el Metropolitano.
Cuando terminaron los primeros cuarenta y cinco minutos el Almería sumaba dos goles y el equipo local no había tirado a puerta. Al pitar el final del primer tiempo, Carvajal pegó un pelotazo desesperado, mientras Ancelotti planeaba cambios para dar vida a un equipo que fue plano y sin sangre. Por eso el entrenador italiano quitó a Nacho, Rodrygo y a Mendy. Negará que eso es señalar, pero los tres le dieron razones evidantes para no continuar el partido. Nacho estuvo en los dos goles del Almería. El primero cuando aún había gente buscando su sitio en el estadio. El balón se movía por la zona defensiva blanca sin peligro. Se la quiso dar a Mendy, pero ese balón llegó al rival y rápidamente no perdonó. No hizo mucho más en ataque el Almería en la primera mitad: un par de cosas más, pero suficientes para meter el segundo en otra jugada extraña de Nacho, que le dio el balón al rival. En medio de los goles, el Real Madrid fue un no puedo y no tengo claro sí quiero. Un equipo cansado, frágil y sin ninguna alternativa a balones a Vinicius.
Fran García, Joselu y Brahim salieron nada más reanudarse el partido.
Un Madrid distinto en la segunda mitad
El Madrid era otro, con otra intención, con más velocidad y profundidad. Por fin pasaban cosas en el área rival; y si pasan cosas, se pueden pitar penaltis como el que marcó Bellingham. Es una de esas manos estiradas que suele ver el VAR. Avisó al árbitro y pitó. El Almería protestaba por una falta anterior de Rüdiger. El VAR de nuevo señaló una clara falta a Bellingham en el que hubiese sido el tercer gol del Almería y el VAR hizo dudar del empate de Vinicius, pero fue con el hombro. Hubo más incidencias que juego, más arrebato que fútbol, pero hay días que no se puede ganar de otra manera: hay que agitar y empujar, hay que echarle más rabia que paciencia o fútbol, porque lo otro no funcionaba. El plan del Madrid era buscar a Joselu y no le fue mal. Porque por lo menos tenía alguien a quien dársela en el área.
El empate hizo daño al Almería, que entonces sí tuvo miedo. Pero aún así aguantó todo lo que pudo. Pero el impulso de Camavinga, la fuerza de Bellingham, que siempre hace lo correcto y empieza y acaba las jugadas y la determinación de Carvajal ya fueron demasiado para un equipo casi condenado. El Almería teme el descenso, el Madrid se agarra para ir por LaLiga.
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