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Sin final feliz

La “respuesta” del Real Madrid a Zidane

En el club blanco han sorprendido los reproches del ex entrenador francés y tienen muy claro cómo actuar

Zidane, muy enfadado con un periodista
Zidane, muy enfadado con un periodistaBernat ArmangueAP

Hubo gente que tras el adiós de Zidane bromeaba con que si la temporada con el aún desconocido entrenador no empezaba bien, el técnico francés podía volver de nuevo a ocupar el banquillo, como ya sucedió tras Solari. Pero eso ya no va a pasar. 20 años después la relación entre Zizou y el Real Madrid ha llegado a su final de la única manera que pueden llegar al final las relaciones que terminan definitivamente: mal.

Nadie en el Real Madrid esperaba que después de despedirse de los jugadores y de hablar con el presidente, Zidane publicase en el «AS» un adiós saldando cuentas y acabando con todos los rumores con los que se envolvía su marcha: no ha sido el cansancio ni el mensaje agotado ni otras historias lo que han motivado su adiós. Por alguna razón, Zidane, que casi nunca ha respondido a todas esas habladurías, ha decidido que contaba sus razones: «Me hubiera gustado que en los últimos meses mi relación con el club y con el presidente hubiera sido un poquito diferente a la de otros entrenadores. No pedía privilegios, por supuesto que no, sino un poco más de memoria», escribía en español el entrenador francés.

La relación entre el Madrid y Zidane comenzó como jugador, con un contrato firmado en una servilleta y cuando el Bernabéu comprendió que estaba ante un futbolista diferente, se enamoró de él. Su gol en la Novena forma parte de las imágenes icónicas del madridismo. Se marchó antes de tiempo, ovacionado; volvió a los despachos cuando quiso y al banquillo del Castilla cuando lo pidió. Y subió al primer equipo en una situación de emergencia. La relación entre el club y el francés era impecable y de confianza absoluta. Eran buenos tiempos, que se coronaron con las míticas tres Champions seguidas.

Pero se marchó de una manera que aún no ha explicado, dejando al club en la intemperie: «En mayo de 2018 me fui porque después de dos años y medio con tantas victorias y tantos trofeos sentía que el equipo necesitaba un nuevo discurso para mantenerse en lo más alto. Hoy las cosas son diferentes», escribía ayer un Zidane con más rencor del esperado por el club.

Volvió y nada fue sencillo tras su regreso. Ese final de temporada fue el de un equipo desorientado, pero el siguiente curso ganó LaLiga más extraña, con parón de por medio y sin público las últimas jornadas. Y después, este año, el más duro para Zidane, sobre todo al principio, y el que ha roto todos los puentes que aún quedaban por el desgaste de tanto tiempo. El equipo empezó fatal en la Champions y el puesto de Zidane estuvo en el aire. Además, se hizo público: «Me dolía muchísimo cuando leía en la Prensa, después de una derrota, que me iban a echar si no ganaba el siguiente partido. Me dolía a mí y a todo el equipo porque estos mensajes filtrados intencionalmente a los medios de comunicación creaban interferencias negativas con la plantilla, creaban dudas y malentendidos».

No va a haber respuesta del Madrid. Se acabó.