El equipo que ha perdido millones por el frustrado traspaso de Mbappé al Real Madrid

Hasta el último minuto del mercado de fichajes de verano, los hinchas del Real Madrid aguardaron con ilusión la llegada de Kylian Mbappé al Santiago Bernabéu pero no fueron los únicos. El humilde AS Bondy fue una víctima colateral de la intransigencia del PSG y dejó de ingresar dos millones de euros por la operación.

Según adelantó ‘L’Equipe’, el Bondy es el club en el que Mbappé dio sus primeros pasos en el fútbol. Se trata del equipo de la ciudad natal del delantero del PSG que lo formó como jugador hasta su fichaje por el Mónaco, por lo que de acuerdo al reglamento de transferencias de la FIFA, tiene derecho a recibir dinero de un traspaso.

Según normativa del máximo ente del fútbol mundial, si un jugador profesional es transferido antes del vencimiento de su contrato, el club o los clubes que contribuyeron a su educación y formación recibirán una parte de la indemnización pagada al club anterior (contribución de solidaridad).

Lamentablemente para los intereses del AS Bondy, PSG y Real Madrid no acordaron la venta de Mbappé, por lo que el club de infancia de Kylian no verá un solo euro a su favor. Y todo apunta que el delantero galo saldrá gratis del Parque de los Príncipes en 2022.

La única manera en que el Bondy obtenga el porcentaje de dinero que le corresponde por la formación de Mbappé es que este sea vendido al Real Madrid en enero del próximo año. Sin embargo, la operación podría no hacerse realidad ya que el club blanco se inclina por esperar hasta junio para fichar al delantero galo como agente libre.

Para terminar de convencerlo, Real Madrid pondría sobre la mesa un contrato por seis temporadas, de 2022 a 2028. Por cada año, el club blanco ofrece un salario de 30 millones de euros, cifra que supera ampliamente lo que percibe en el París Saint-Germain (18 millones). Pero en el PSG tampoco piensan quedarse quietos y han puesto en marcha la operación de acoso a Mbappé para que renueve o al menos acepte una subida de sueldo muy elevada (hasta 40 millones) a cambio de poner una cláusula de rescisión en su contrato por la que podría ir al conjunto blanco siempre y cuando abonen 80 millones de euros (para el resto de equipos no habría cláusula liberatoria).

De momento, el francés parece dispuesto resistir la presión.