Fútbol

La frase definitiva de Ancelotti a Florentino tras ganar la Supercopa

El entrenador italiano es la clave de la buena marcha del Real Madrid esta temporada: además de su trabajo, mantiene el ambiente sin un gramo de toxicidad

Los entrenadores están más cerca del éxito cuando consiguen que sus equipos sean como ellos, es decir, cuando logran transmitirles su personalidad. El Atlético de Simeone era una extensión del carácter de su entrenador, un grupo de jugadores con una fe que superaba el resto de limitaciones. Ahora, ya no tanto. Xavi, en el Barcelona, quiere que su equipo sea como es él: un fanático de una idea porque con ella divide al mundo en buenos y malos, porque el Barcelona tiene que ser algo más que un equipo de fútbol, algo que trascienda; mayúsculas, una bandera de un país.

Carlo Ancelotti está muy lejos de los creencias que superan la racionalidad y más lejos aún de creer que sólo hay una manera de jugar o de ser. Cosmopolita y pragmático, en sólo seis meses ha contagiado su espíritu optimista a una plantilla que acabó la temporada pasada sin títulos y con la sospecha de que estaba cerca del ocaso. Encima, no llegó Mbappé. Podía ser una temporada de transición a la espera de los fichajes del próximo verano y de la finalización de las obras del Santiago Bernabéu, pero Ancelotti la está transformando en una campaña que va fenomenal, huyendo de polémicas y dotando a todo de una naturalidad y un humor que se contagia a la plantilla y al club y que es inusual en un mundo que se toma demasiado en serio. Este Real Madrid es como Ancelotti: responsable, pero sin creérselo ex exceso y ya suma su primer título.

Una de las imágenes de la final sucedió al final del encuentro, cuando Ancelotti y Pintus se pusieron a hablar con Modric en el centro del campo, después de que éste recogiera el premio a mejor futbolista. «Has fallado un pase», le decía Carlo, en español y con su acento italiano. «Tiraste el balón fuera», continuaba, ante la sonrisa de todos. La escena acaba con un abrazo al futbolista.

El día antes de la final bromeó con las ruletas de Mendy en el área de Courtois, habló amigablemente con Marcelino, el entrenador del rival y, además, sacó el orgullo para defender el estilo de su equipo: una mezcolanza de estilos, un equipo camaleónico, que compite en todos los partidos que se le presente. Y después de ganar, tuvo tiempo para vacilar con el infinito tema de la posesión. Ha sido un Ancelotti en estado puro, que ha preparado a conciencia los dos encuentro y ha sabido mantener el ambiente sin un gramo de toxicidad. «Como persona es espectacular y como entrenador sólo hay que mirar lo que ha conseguido en su carrera. Es impresionante su forma de ser y cómo está conduciendo al equipo», aseguraba Modric después del encuentro. «Desde que ha llegado me ha dado mucha confianza y ha puesto mucha fe en mí. Cuando tienes a alguien así es mucho más fácil todo y te salen las cosas».

Cuando Zidane dijo, por segunda vez, que se marchaba del Real Madrid, hubo quien bromeó acerca de si en enero, como había sucedido en la última ocasión, estaría de vuelta para salvar al equipo. Pero enero pinta como nunca para los blancos. Y eso que Ancelotti no entraba en la quinielas de entrenadores con las que se llenaron minutos de tertulia y páginas de periódicos. Pero el club supo el interés del entrenador por volver y se analizó que era el hombre adecuado para conducir al equipo: conocía los resortes de Valdebebas, era un entrenador respetado y su conocimiento había aumentado desde la última vez.

Su forma de ser conquista a los jugadores y cae bien entre la cúpula de los clubes. Tras ganar al Athletic, Florentino felicitó a los futbolistas y, cuando se paró con Ancelotti, éste le dijo, según El Chiringuito: «¡Qué feliz soy de haber vuelto al Real Madrid!». Florentino le respondió: «Lo estás haciendo muy bien Carletto».

Con un once más que definido y a un ritmo por ahora inalcanzable para sus seguidores, Ancelotti también sabe cómo es el Madrid: ha ganado el primer título de la temporada, ahora le van a exigir todos los que vienen.