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Athletic-Real Madrid (0-2): La primera de Ancelotti

El gol de Modric puso en ventaja al equipo de blanco tras una primera parte con mucho ritmo. Benzema anotó el segundo de penalti. Courtois detuvo una pena máxima al final

Modric celebra el gol que marcó al Athletic Club
Modric celebra el gol que marcó al Athletic ClubALBERT GEAREUTERS

Tres veces ha jugado el Athletic contra el Real Madrid. Las tres ha perdido. En la primera tuvo sus momentos y muchos remates, en la segunda, en San Mamés, se vio con dos goles en contra, pero se acercó y mostró carácter para intentar el empate y la tercera, en al final de la Supercopa en Arabia Saudí, fue la que más inferior se sintió, superado por la precisión y el buen funcionamiento del Real Madrid. Y cuando tuvo un momento para dar algo de miedo, al final del partido, con el penalti, se encontró con Courtois, que lo sacó con el pie, casi vencido. Lo para todo el belga. Era oxígeno para el Athletic en los últimos minutos, pero un equipo campeón se construye con un portero campeón. Los de Ancelotti, como se ve en su sucesión de partidos contra el Athleticn van mejorando según avanzan los partidos y ganaron con bastante superioridad durante casi todos los minutos, como si la victoria fuese lo natural, lo que tenía que pasar porque el Madrid es el mejor equipo de España: lo dice la clasificación de LaLiga y lo dice el título de la Supercopa que se ha llevado, el primero de Ancelotti en su regreso. El primero, todo indica, de la colección.

El partido estuvo igualado en la primera mitad, donde el Athletic dio la pelota al Real Madrid para buscar la contra y para impedir que corriera. Suele ser el plan habitual de los que se enfrentan a los blancos, que lo han conseguido: sus carreras a los espacios producen terror porque son mortales y todos los equipos que priorizan las derrotas verdaderas sobre las supuestas victorias morales se preocupan en tapar los espacios. El problema es que el equipo de Marcelino consiguió tapar a Vinicius, lo que ya es un éxito, pero también tenía que frenar a Rodrygo, y eso fue demasiado.

El brasileño y Asensio viven una competencia sana y feroz por ser los extremos titulares, descartadas ya en enero, al menos para los días importantes, cualquier otra opción. Sobre Hazard ya no si pregunta y Bale está, pero no está. Asensio ha mostrado buena sensaciones y durante más minutos y Rodrygo sabía que la final era un doble examen para él: para superar al Athletic y a su rival. Sacó notaza, porque fue el que dio profundidad al equipo y el que decidió el partido con dos llegadas muy parecidas por la banda derecha que acabaron con un pase atrás: en el primero, al final del primer tiempo, Modric, en una posición extraña, puso el balón en la escuadra; en la segunda, ya tras el descanso, el remate de Benzema golpeó en el brazo extendido de Yeray. El penalti lo metió el francés, que no varía el lado ni el modo de tirarlos y que no falla ni uno.

El Athletic de Marcelino dio la cara con el marcador a cero, porque podía salir con velocidad y ahí, más o menos, tenía el guion del partido. Dejar la pelota y el campo al Madrid.

No le salió bien. Aunque se esté hablando mucho de las contras, el conjunto de Ancelotti tiene muchos más recursos, pero es que se adapta a los encuentros como no hace nadie en España. Si tiene que correr, corre; si tiene que hacer posesiones largar y controlar el choque, lo hace; y si toca refugiarse atrás por el cansancio de los extremos, pues se acuesta cerca de Courtois. Las tres fases las vivió en la final contra el Athletic, un partido radicalmente distinto al que disputó contra el Barcelona. Los compitió los dos y los ganó los dos.