Real Madrid
«Simeone es un técnico antiguo, que mira a los ojos de los jugadores»
Los veteranos de Madrid y del Atlético analizan la final de la «Champions» del sábado con la pasión como gran telón de fondo. «Cristiano se motiva solo, no hace falta que nadie lo haga por él», dice Buyo.
Almorzamos en amistad y buena compañía, con el amor a los colores que cada uno atesora y el trasfondo de una final histórica puesta sobre el mantel del restaurante Columbus del Casino Gran Madrid. La dificultad de aventurar un campeón subyace entre los asistentes –Martín Vázquez y Buyo con pasado madridista, Ovejero y D'Alessandro con pasado rojiblanco–, más aún el día después de los fastos de la épica décima Liga del Atlético de Madrid. Quizá por ello y por el precipitado ocaso del Barça y de uno de los estilos futbolísticos más admirados, la conversación arranca por la necesaria regeneración del club catalán, pero ésa ya es otra historia...
Los madridistas ven al vecino embebido de éxito, bajo el embrujo de su líder y dotado de confianza para superar 40 años pensando que la historia le debe una. Los atléticos coinciden en ese estado de buena esperanza, pero no se fían del Real Madrid de las nueve Copas de Europa. Al final, unos y otros, blancos y rojiblancos, coinciden con Buyo en que «la clave va a estar en la recuperación de unos y otros lesionados». Ahora bien, el ex guardameta añade que, contraponiendo la ausencia de Diego Costa frente a la de Cristiano Ronaldo e incluso la de Benzema, «aún así, el Real Madrid, tiene más recursos en ataque que el Atlético».
Para Martín Vázquez, la final del sábado será «un partido largo», en el que «el vencedor será quien gane la batalla táctica». La reflexión del miembro de la exitosa «Quinta del Buitre» es que al Atlético «que se espera es al de siempre», mientras que «no se sabe qué Real Madrid nos vamos a encontrar», con lo que en él, a día de hoy, reina la incertidumbre. De hecho, el único que se atreve a aventurar un resultado es Jorge D'Alessandro. «1-3 a favor del Atleti. Dos goles de córner», apunta. Ve la final de Liga de Campeones «muy equilibrada», pero también percibe «al equipo de Simeone muy fuerte porque se lo cree y no va a dejar pasar esta oportunidad y van a morir para conseguirlo». «El Atlético va con un estrés positivo, mientras que el del Real Madrid es un estrés paralizante por la obligatoriedad, la auténtica necesidad. Le doy más posibilidades que antes al Atlético por el estímulo de haber ganado la Liga y la sobredosis de éxito», añade el técnico argentino. «Yo le tengo fe al equipo», confiesa Ovejero, uno de aquellos héroes del 74 que se quedaron a las puertas del título en la Copa de Europa. «Cacique del área» le apodaban, y no pudo jugar la final de Heysel porque tres días antes se lesionó en Málaga. Pero estuvo en Bruselas y, como tantos atléticos, piensa que el fútbol les debe una Copa de Europa, y que el sábado su Atleti la puede cobrar: «¿Quién está convencido al ciento por ciento de la victoria de tal o cual en un partido tan igualado? Nadie. Pero yo creo que va a ganar el Atlético, aunque sólo tiene siete titulares frente a 22, porque antes se metió en una carrera con un Ferrari y un Mercedes Benz y la ganó», dice. Confía en el triunfo y argumenta que, además de lo incómodo que el equipo de Simeone resulta para el Madrid, «por haber ganado la Liga disfruta de un aporte anímico que no tiene el rival». Y añade: «Hay quien piensa que por ese título se va a relajar, porque ya ha marcado un hito. Conociendo a Simeone es imposible pensar así. Va a por todas», añade.
Por otra parte, la continuidad de los debates de esta temporada quedan expuestos sobre la mesa. D'Alessandro saca a colación la «tendencia marketiniana de darle todo el valor al técnico en los éxitos de un grupo como, hoy por hoy, el Atlético» y aboga por «romper los moldes del técnico rancio». Sin embargo, para Rafa Martín Vázquez, «las generalidades no existen y porque un entrenador no haya sido un gran jugador o no haberlo sido de forma profesional no quiere decir que no puedas ser un gran técnico». Rafa quiere destacar «la importancia de un buen grupo de trabajo». «A veces se centra todo en el entrenador y un buen segundo como el ''Mono'' Burgos o los preparadores físicos que ayudan al profe Ortega son fundamentales». Tan importantes como los suplentes. Por eso quiere destacar «la importancia de Villa y Adrián en los éxitos del Atlético».
D'Alessandro, el más vehemente de todos, se muestra encantado con lo que significa Simeone de regreso al fútbol de siempre. «Es un técnico antiguo, de potrero», dice, «que se olvida del ''coaching'' y de todas esas cosas que quieren imponer los del traje a los del chándal». «Simeone lo que tiene es que mira a los ojos de los jugadores. Hoy todo es ficticio, vaporoso», añade. Pero el Cholo devuelve el fútbol a su realidad de siempre.
En cuanto a la motivación de los jugadores, D'Alessandro opina que es «más difícil estimular a futbolistas como Cristiano, o en su día Beckham, que a jugadores como los actuales del Atlético». Buyo tercia para ratificar lo que muchos piensan y es que «Cristiano se motiva solo, no hace falta que nadie lo haga por él». «Mirad, a jugadores como los del Madrid y los del Barcelona no es necesario darles charlas de motivación extra, porque lo han ganado todo. Los del Atlético necesitan que alguien les diga que son los mejores. Y eso es lo que hace el Cholo y ellos se lo creen», puntualiza Ovejero. Sin embargo, para Martín Vázquez «la forma de sacar el mayor partido emocional a una plantilla es cuando todos se divierten en el campo». «Ha sido la fórmula del Barcelona, la antitécnica, la del fútbol hecha diversión», dice D'Alessandro, que cree que ese estilo ha muerto.
Otro de los debates es el de la portería y ahí el protagonismo es para Buyo y D'Alessandro, que para eso jugaban entre los tres palos. «Para mí no hay mucha diferencia entre Casillas y Diego López», dice el ex madridista. Para Jorge, uno de los grandes problemas del Barcelona es que se ha jugado la Liga con Pinto en la portería. Ovejero añade su punto de vista y, aunque destaca la importancia de Casillas, cree que Courtois es el mejor del mundo.
D'Alessandro, todo pasión, acapara la charla, y para «desengrasar», recuerda la única vez que fue portada de «El Gráfico», la gran revista argentina de fútbol. Y lo hace para recordar la importancia de la implicación de los suplentes en los éxitos del equipo. «Yo era suplente en San Lorenzo. Semifinal de la Copa Libertadores en El Campín de Bogotá contra Millonarios», dice para situar la escena. «Va a lanzar Paniagua un tiro libre. Un paraguayo que la rompía. Le pega y la pelota va haciendo sapitos hasta la portería. Gol. Me voy al linier, le agarro del pecho [mientras lo cuenta se golpea él en el pecho] y le digo: ''No te cagues, era indirecto''. Levantó el banderín, el árbitro anuló el gol y San Lorenzo jugó la final», recuerda. «Ahora están comiendo pipas, no están en el partido. El otro día le anulan un gol legal a Messi que vale la Liga y nadie protesta. Ni Messi, ni los suplentes, ni los cuatro argentinos que están en el banquillo, que son argentinos de palo».
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