Brasilia
Un regreso convincente
De los 23 convocados por Pekerman, sólo Mondragón, el portero suplente, sabía lo que era jugar un Mundial. Los demás habían crecido escuchando los lamentos de sus mayores, hartos de perderse la gran fiesta del fútbol.
De los 23 convocados por Pekerman, sólo Mondragón, el portero suplente, sabía lo que era jugar un Mundial. Los demás habían crecido escuchando los lamentos de sus mayores, hartos de perderse la gran fiesta del fútbol. Después de 16 años, la alegría del regreso a la Copa del Mundo no podía ocultar la dificultad de un retorno que la nueva Colombia aprobó con muy buena nota. El equipo dejó varias muestras de sus principales virtudes y confirmó que, sin Falcao, el mando es cosa de James Rodríguez. El joven mediapunta del Mónaco estuvo en todas partes, dibujando con verticalidad las acciones de ataque de los suyos. Fue protagonista de los tres goles y cerró la fiesta marcando el último, cuando Grecia había perdido la fe y los suramericanos no sufrían para mantener la ventaja. Dentro del área se encontró un balón que colocó junto al palo, haciendo inútil la estirada de Karnezis, que llegó a tocar el Brazuca. Justo en las antípodas del partido, al comienzo, castigó a los griegos con un pase largo magnífico hacia Cuadrado, que «gambeteó» en la derecha y puso el balón en el punto de penalti. Allí James hizo el amago de tocar la pelota, pero la dejó pasar para que Armero, la alegría del vestuario amarillo, apurara el carril izquierdo y abriera el marcador.
Apenas comenzaba el choque y el escenario era el peor posible para los helenos, más cómodos defendiendo y buscando el contragolpe que en el papel de solista sobre el escenario. Este rol le va más a Colombia, aunque nada más ponerse en ventaja dio de forma instintiva un paso atrás. Prefirió esperar a Grecia, que se vio obligada a tener el balón y proponer alguna cosa. Mitroglou pagó su inactividad estos meses en Inglaterra con la suplencia, aunque su aparición tras el descanso no cambió mucho las cosas. Colombia desperdició algún contragolpe por falta de precisión y cuando llegaba el descanso Ospina respondió con un paradón a un remate de Kone que buscaba la escuadra. El guardameta colombiano, muy seguro toda la tarde, va a jugar en un grande de Europa o al menos en un nuevo rico como el Mónaco de James, de cuya zurda también partió la segunda alegría cafetera. Puso un córner al primer palo, donde prolongó con lo justo Abel Aguilar para que Teo Gutiérrez endulzara su tarde, que había tenido más de trabajo que de lucimiento.
El golpe desfondó a Grecia y lanzó a los de Pekerman, cada vez con más espacios y menos problemas para conservar el resultado. Gekas estrelló un cabezazo en el larguero antes de irse, pero los tres puntos ya eran colombianos. James alargó su recital hasta el minuto noventa, igual que Juan Guillermo Cuadrado, que si alguna vez jugó de lateral, nunca tuvo alma de otra cosa que de extremo. Los dos son básicos en los sueños de la trabajada Colombia de Pekerman, que no necesitó su mejor versión para imponerse con claridad. Otro motivo para la ilusión de una afición que no quiere seguir viviendo del recuerdo de Valderrama y compañía.
Ficha técnica:
3. Colombia: David Ospina; Camilo Zuñiga, Cristian Zapata, Mario Alberto Yepes, Pablo Armero (Santiago Arias, m.73); Carlos Sánchez, Abel Aguilar (Alexander Mejía, m.67), Juan Guillermo Cuadrado, James Rodríguez, Víctor Ibarbo; y Teófilo Gutiérrez. Seleccionador: José Pekerman.
0. Grecia: Orestis Karnezis; Vasileios Torosidis, Konstantinos Manolas, Sokratis Papastathopolus, Jose Cholevas; Dimitrios Salingidis (Ioannis Fetfatzidis, m.57), Ioannis Maniatis, Konstantinos Katsouranis, Panagiotis Kone (Giorgios Karagounis, m.78); Georgios Samaras y Theofanis Gekas (Konstantinos Mitroglou, m.64). Seleccionador: Fernando Santos.
Goles: 1-0, m.6: Pablo Armero. 2-0, m.58: Teófilo Gutiérrez. 3-0, m.91: James Rodríguez.
Árbitro: Mark Geiger (USA). Amonestó a Carlos Sánchez, Sokratis Papastathopoulos y Dimitrios Slapingidis.
Incidencias: primer partido del Grupo C del Mundial de Brasil jugado en el Mineirao de Belo Horizonte ante 57.174 espectadores. EFE
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