Real Madrid
Wolfsburgo-Real Madrid: por fin, un poco de suerte
El Wolfsburgo, que pertenece a Volkswagen, espera al Madrid. El equipo alemán, junto al Benfica, era de los más flojos. Su mejor jugador es Draxler
El Wolfsburgo, que pertenece a Volkswagen, espera al Madrid. El equipo alemán, junto al Benfica, era de los más flojos. Su mejor jugador es Draxler
«Cuando estás en cuartos de final sabes que el rival va a ser siempre fuerte. No hay favoritos. El Wolfsburgo es un equipo peligroso. Es un conjunto alemán que llega a esta ronda por primera vez y que tendrá un nivel de motivación máximo para enfrentarse al Real Madrid», decía ayer Emilio Butragueño, al que es complicado pillar en un renuncio. Nadie en el club blanco va a hablar mal del rival de cuartos, aunque el sorteo se recibió con un suspiro de alivio en el vestuario de Valdebebas. Difícilmente podía haber sido mejor y, sí podía haber sido peor o mucho peor. El Wolfsburgo es octavo en la Bundesliga, es inferior al Real Madrid y está en los cuartos de final tras eliminar al Gante. Si antes del sorteo los jugadores y los empleados del club hubiesen podido ser sinceros, se habrían pedido a este equipo como rival a estas alturas de la competición.
En una temporada llena de incidentes y mala suerte, le tocaba al Real Madrid que el azar se le pusiera de cara en algún momento. Y lo ha hecho en el momento adecuado. Salvo error o fracaso, el equipo de Zidane puede competir hasta mayo, hasta las semifinales y luego ahí, todo puede pasar. Con toda la plantilla recuperada y sin presión en Liga, el Madrid se juega la temporada a la carta europea y tras varias decepciones, en la primera mano del reparto, ha tenido tanta suerte como el Bayern de Guardiola.
El Wolfsburgo, que pertenece a Volkswagen y tiene un presidente español –Paco García Sanz–, no ha alcanzado el nivel competitivo que pretendía. Subcampeón de la Bundesliga la temporada pasada, es octavo esta campaña y se sabe inferior al Madrid en este cruce: «La alegría ante los cuartos crece ahora todavía más. Naturalmente tendremos que inventarnos algo para meter en problemas a un rival lleno de recursos», decía ayer su técnico, Dieter Hecking. El Real Madrid es un premio, un orgullo y el objetivo es competir y ponerle las cosas difíciles, pero parece complicado soñar con algo más.
El Wolfsburgo es un equipo feliz cuando puede jugar al contraataque y que sufre en el repliegue defensivo. Demasiado inconsistente en el centro del campo, deja muchos huecos y es tan irregular que no se sabe qué cara puede presentar. «Esperábamos un rival de este calibre y ahora lo tenemos», decía ayer Schurrer, sin esconder su satisfacción. El mejor futbolista del equipo es Draxler, un centrocampista con estilo y llegada, que ya se midió al Madrid con el Schalke. Ha metido tres goles y ha dado dos pases de gol esta temporada en Europa, aunque lo suyo es crear, no ejecutar. El pasado verano el Wolfsburgo le fichó por 36 millones de euros y todo el fútbol de ataque pasa por sus botas. Sin duda, es el líder de un equipo con tendencia a desordenarse. A Draxler se le lleva esperando un tiempo en el fútbol europeo, pero no ha terminado nunca de explotar. Para él no hay mejor escenario que los cuartos de final de la Champions y contra el Real Madrid. «Tenemos que preparar bien la eliminatoria, aprovechar la calidad de nuestros jugadores y conseguir un buen resultado en Alemania», decía «el Buitre», que conoce lo que sufría el Madrid allí en otros tiempos.
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