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Opinión

Los drones, el 5G y la Baja Edad Media

La ceremonia inaugural tuvo emoción, asombro y una loable intención de disimular la ausencia del público

Los 1.824 drones formaron un imponente globo terráqueo sobre el Estadio Nacional de Tokyo
Los 1.824 drones formaron un imponente globo terráqueo sobre el Estadio Nacional de TokyoShuji KajiyamaAgencia AP

Un parque sin niños, un episodio de los Simpson sin Bart o un verano sin noticias/sobresaltos del Real Madrid. Eso fue la ceremonia inaugural de los Juegos pese al extraordinario empeño de los nipones por disimular las gradas desiertas durante casi cuatro horas de farra contenida. La pregunta recurrente fue: «Pero, ¿a quién saludan?». La ceremonia, como ha sucedido con todas desde que La Fura dels Baus reinventara el negocio, dio margen para echar otra vez de menos a Barcelona 92. Y van... Eso fue en la primera parte. Al desfile interminable de delegaciones le falta un «Guayominí ten points» para hacerlo digerible. La otra alternativa es convertirlo en una clase de geografía para explicar a tu hijo cosas tan aprovechables como dónde se encuentra Antigua y Barbuda o cuál es la capitán de Burundi. Cuestiones vitales ambas para la próxima «Ley Celaá». Y eso pese al empeño de Tonga y su maromo que lo mismo repite su explosivo «outfit» para París 2024.

La grandeza de la ceremonia estaba en el rostro y la actitud de muchos de los caminantes. El gesto de Pau Gasol y sus ojos al borde de la lágrima por la emoción en el selfie con sus compañeros son el reflejo de la «felicidad absoluta». Así lo tuiteó el mito. Y es que la segunda parte de la ceremonia resultó extraordinaria. En el país donde el 5G suena a algo así como a la Baja Edad Media, los japoneses despegaron 1.824 drones para asombrar al mundo. Lo que era el logo de Tokio 2020 se convirtió en un gigantesco globo terráqueoy el mundo se quedó boquiabierto. Se escuchó un «guau» de Antigua y Barbuda a Burundi. Las apelaciones globales a la esperanza, a la superación de la pandemia todos unidos, al trabajo de los sanitarios, a los afectados por las terribles catástrofes en el país en 2011... lograron tocar el corazón de todos. A la genialidad de la representación de los 50 pictogramas de los Juegos sólo les faltó la presencia de Mario Bros. Y con el encendido del pebetero algunos nos quedamos con Antonio Rebollo antes que con Naomi Osaka.