Pilotos
La rebelión de las chicas del paraguas
Las azafatas del «paddock» aseguran que hacen con gusto esta labor y los organizadores creen que la polémica se irá apagando
Las azafatas del «paddock» aseguran que hacen con gusto esta labor y los organizadores creen que la polémica se irá apagando
Lo que más sorprende la primera vez que alguien ajeno recorre el «paddock» de MotoGP es la locura de la mayoría de los visitantes por fotografiarse con las chicas del paraguas. «Se matan por una foto», confiesa a LA RAZÓN uno de los habitantes habituales de esta pequeña caravana itinerante. Estas azafatas siempre han estado allí, son parte del espectáculo, pero el ayuntamiento de Jerez no las quiere en su circuito el próximo año. En el último pleno, una moción con los votos a favor de Ganemos Jerez, Izquierda Unida y PSOE y con la abstención del Partido Popular y de Ciudadanos solicita a la empresa organizadora del Mundial eliminar todas las prácticas que utilicen el cuerpo de la mujer como adorno y reclamo para captar la atención del público. Es decir, piden el adiós de las llamadas «paragüeras» para el año próximo, algo que ahora mismo Dorna ni se plantea.
Para los promotores, estas chicas «son un trabajador más del Gran Premio, como lo pueden ser los cocineros, los mecánicos o el personal de seguridad. Si alguien quiere que su imagen sea la ideal son precisamente los patrocinadores», explica Ignacio Sagnier, director de comunicación de Dorna. Los concejales del ayuntamiento de Jerez interpretan esta forma de promoción como sexista y consideran que ciertos atuendos atentan contra la libertad y dignidad de las chicas. Algunas agencias de modelos rebaten que esto no ocurre, porque son ellas las que antes de aceptar un trabajo revisan la ropa que van a tener que llevar sus empleadas. «Hemos rechazado a muchos clientes por este motivo, siempre chequeamos antes los vestidos y si no son adecuados, no firmamos el contrato», afirman desde una de estas agencias. Aquí es donde los profesionales hacen la primera precisión a la petición del ayuntamiento. Porque no todas las azafatas tienen la misma función y el código de vestimenta depende mucho del patrocinador. «No es igual la imagen de marca que quieren transmitir Repsol o Segura Viudas que lo que busca una bebida energética como Monster, por ejemplo», aseguran.
En un Gran Premio colaboran unas 150 azafatas, de las que entre 55 y 60 son las ya famosas «paragüeras». «Todas ellas son modelos, pero hasta las que tienen trabajos importantes en pasarela o fotografía se sienten muy atraídas por la oportunidad de estar un fin de semana en el Mundial», dicen fuentes del sector. Las de MotoGP son las mejor pagadas, entre 150 y 260 euros al día. «Por menos de eso no se ponen un tacón», aseguran, confirmando que es un puesto muy cotizado. Las de Moto2 están en torno a los 140 euros diarios y así hasta los 80 de las chicas que se encargan de coordinar las distintas zonas vip, con un perfil muy diferente.
La iniciativa para prohibir su trabajo el año que viene ha indignado a la mayoría. «Es absurdo, sexista es quitarnos el trabajo. Los que lo ven desde fuera quizá no saben que sí nos apetece ponernos los vestidos que llevamos», explica Agustina, que este fin de semana lleva los colores del Movistar Yamaha MotoGP. «Estamos aquí por gusto y encantadas», añadía su compañera Laura, mientras trabajaba ayer. «Prohibir es acabar con el trabajo de muchas chicas», se quejan desde las agencias, cuya labor de control llega hasta un determinado punto. «Siempre hay marcas que quieren una imagen y siempre habrá chicas que van a estar dispuestas a ponerse un determinado vestido», lamentan.
Por unos días, las azafatas han robado protagonismo a los pilotos, que tratan de pasar con cuidado a través de la polémica. Jorge Lorenzo asegura que no tiene formada una opinión todavía al respecto, mientras que Dani Pedrosa confiesa que él ha estado 15 años sin tener una en la parrilla. «No es una figura a la que yo conceda mucha importancia, yo daba prioridad a tener un mecánico más a cambio de la chica por si había algún imprevisto. Ahora la tengo porque me dicen que la tengo que tener», explicaba Dani en los micrófonos de Catalunya Radio.
Márquez lo considera un asunto bastante delicado: «Sí es verdad que hay algunos vestidos que si se limitaran un poco no pasaría nada», confiesa, aunque cree que en general se trata de un trabajo más que debería poder ser realizado por chicos y chicas sin distinción. El más a favor de mantener a las «paragüeras» es Viñales. «Se ha hecho toda la vida y sería extraño cambiarlo ahora. Tú estás concentrado en la carrera, pero para el ‘‘paddock’’ es importante, mucha gente está contenta, es una buena imagen al final. Son chicas guapas. Han estado siempre y deben continuar».
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