Violencia ultra
Madrid y Barça, líderes contra los ultras
Hasta en los partidos tranquilos, cuando el equipo ganaba, en el Bernabéu se vivía la tensión de la grada. Fue durante la temporada pasada cuando Florentino Pérez decidió que los «Ultras Sur» no podían seguir siendo la referencia de animación del estadio. La sanción que sufrió el Madrid por una bandera que se vio en ese fondo, más la deriva que estaba llevando el grupo, le llevó a ser radical y acabar con ese foco que durante años se había situado en el fondo sur del Bernabéu. Al presidente del Madrid le costó insultos, que durante algunos encuentros el estadio pareciese un circo, con unos animando y otros no, y varios ataques personales muy desagradables, pero se decidió que no había vuelta atrás. Nacía una nueva época, con una grupo de animación con banderas del Madrid y sin símbolos políticos.
Antes, cuando era presidente del Barcelona, Joan Laporta tomó una decisión parecida. Se enfrentó a los Boixos Nois hasta que consiguió echarlos del estadio azulgrana. Como a Florentino, a Laporta le costó vivir un tiempo amargo de amenazas y de intentos de agresión, pero resistió en su lucha de no permitir la entrada del grupo radical en el Camp Nou. Durante muchos años, los ultras paseaban por los estadios de los dos grandes del fútbol español amparados en que sin ellos se perdía pasión y en vez del fútbol se asistía a la ópera. Tenían incluso almacenes en donde guardaban sus elementos para animar y protagonizaron episodios a veces violentos y a veces, como la portería que se cayó en el Bernabéu, bochornosos. Hoy, no están en los dos grandes estadios y los equipos siguen ganando.
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