Meter los dos goles que le quedan para superar a Raúl motiva más a Cristiano Ronaldo que los trofeos conseguidos hasta ahora.

Cuando a Cristiano Ronaldo se le pregunta qué es lo que le motiva cada temporada que empieza, él responde siempre lo mismo: hacerlo mejor que el curso anterior. Es un futbolista que ha ido construyendo su carrera rompiendo límites o creyendo que éstos no existían. Le motivan los títulos, pero también el dejar su nombre para la posteridad. Es un reto que casi nadie se plantea y que una vez planteado hay que pelear mucho para conseguirlo, si es que alguna vez se logra. Porque su plan no era sólo quedar en la memoria de los aficionados, que eso es voluble y finito, que sólo te recuerdan los que te han visto jugar. Ronaldo sabía que no hay nada más duradero que grabar el nombre en alguna estadística o en el Balón de Oro. Eso no es opinable, son hechos, datos. Eso se puede superar, pero no se olvida.

Su pugna anual con Messi por el Balón de Oro se basa en eso y en casi todas las campañas arranca con ese objetivo en la cabeza. Quiere ser mejor que Messi y mejor que cualquiera en cualquier tiempo, por eso es tan complicado para Benítez contestar la pregunta de si Ronaldo es el mejor futbolista que ha entrenado. O dice que sí o hay polémica.

Este curso, sin embargo, el portugués comenzó con otro proyecto: el trofeo al mejor futbolista del 2015 se da el 11 de enero y este año parece algo más lejano para el madridista después de no conseguir ningún título colectivo. Lo que tenía al alcance de la mano era convertirse en el máximo goleador en la historia del Madrid, «distinción», aseguran quienes le conocen, «que para él vale más que todos los Balones de Oro conseguidos hasta ahora».

Sus 61 goles marcados durante la temporada pasada le dejaron muy cerca y ya sabía que el récord de Raúl estaba al alcance de su mano. Lo está rozando en realidad, lo tiene a punto y el sábado, contra el Granada, parece el día adecuado para alcanzarlo o superarlo. «Trabajo duro como siempre y no siento ninguna presión. No voy a mentir, los récords me hacen sentir orgulloso y feliz», aseguró el portugués después del encuentro contra el Shakhtar en la «Champions».

Y aunque no marcó en el primer partido contra el Sporting ni lo hizo contra el Betis, después ha cogido carrerilla, como nunca antes en el Real Madrid. En su primer año, en las tres primeras jornadas de Liga y en el primer encuentro de la Copa de Europa hizo, en total, seis tantos; los mismos en la temporada 2011-2012, pero nunca había alcanzado la asombrosa cifra de 8 goles nada más comenzar los encuentros oficiales. Sus otoños suelen ser deslumbrantes, tras haber descansado en el verano y coger la forma en pretemporada. Entonces se ve la mejor versión de la estrella blanca, arrollador para las defensas rivales.

Es el futbolista que más dispara en todos los partidos. Frente al Shakhtar lo hizo en 10 ocasiones (dos veces en la primera mitad, ocho en la segunda parte), desde dentro del área, desde fuera, de penalti o de falta. Sumó casi el doble de disparos que el segundo, Benzema, que lo hizo seis veces. Y cuando Ronaldo no tira, lo primero que hace es buscar al francés. Es al futbolista que más pases da y entre los dos hay una complicidad que ayuda al ataque del Madrid, porque Karim también le busca a él. Benítez le ha pedido ser más ambicioso y está sumando tantos en todos los partidos, pero su instinto le pide buscar a Cristiano Ronaldo cuando llega cerca del área.

Con su ayuda, los números de Cristiano impresionan. Muchos récords que baten los futbolistas de hoy se deben a que hay mayor cantidad de encuentros y suman más estadísticas. Con Cristiano no ocurre eso: Raúl hizo los 323 goles en 741 partidos. Ronaldo ha hecho un tanto menos en sólo 304 encuentros. Ha corrido mucho y tiene la meta a un paso.