Torrelodones

Miriam Gutiérrez también es la Reina de Europa

La boxeadora española consigue el título europeo del peso ligero al vencer a la británica Sam Smith a los puntos

Miriam Gutiérrez celebra su victoria en el Campeonato de Europa
Miriam Gutiérrez celebra su victoria en el Campeonato de Europalarazon

Todavía no se habían anunciado las puntuaciones de los jueces, pero la sala Mandalay del Casino Gran Madrid de Torrelodones gritaba "Reina, Reina"en honor de Miriam Gutiérrez como si fuera una sola garganta. La boxeadora de Torrejón ya sabía que era campeona de Europa del peso ligero, el trono vacante al que aspiraba frente a la británica Sam Smith. El "speaker"de la velada lo confirmó poco después. 92-98, 91-99 y 92-99 fueron las puntuaciones que dieron a la española el cinturón de campeona de Europa por decisión unánime.

Le costó llegar hasta ahí a Miriam, que empezó nerviosa la pelea. Quería mandar con su izquierda, pero Smith no se dejaba. "Pega y mueve. Hazla fallar", gritaba desde la esquina su preparador, Jero García en el segundo asalto, cuando la boxeadora más sufría. Jero es algo más que un entrenador para ella, es el hombre que le hizo recuperar la confianza cuando tenía la autoestima destrozada por un maltratador. Sus gritos desde el rincón marcaban el camino para Miriam, que esperó hasta el cuarto asalto para sentirse completamente dentro de la pelea. Sus manos eran más precisas y más fuertes que las de la aspirante británica y sus piernas, mucho más rápidas. Las manos comenzaban a entrar. Primero un uno dos, luego una izquierda. Y así, poco a poco, el combate que había nacido igualado, fue virando hacia el lado de Miriam, cada vez más confiada en su victoria.

Sam Smith es más alta, tiene más envergadura, pero las manos de Gutiérrez eran más rápidas. Y cuando la británica intentaba acorralarla también sabía escapar. La española ganó todos los asaltos desde el cuarto hasta el décimo. Sus manos eran más fuertes y sus piernas más rápidas. Pero también sus manos eran rápidas y sus piernas fuertes si era necesario. Físicamente también demostró ser más resistente la española, que no hizo caso a la sangre que hizo manar de su nariz un golpe de Smith. Las piernas de la boxeadora británica comenzaron a fallar en los últimos asaltos. Jero se santiguaba antes del octavo y en ese momento Miriam comenzaba a disfrutar más que nunca. Se sentía campeona. El cinturón ya era suyo.