Motociclismo

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En otro planeta

Jorge Lorenzo celebra su victoria
Jorge Lorenzo celebra su victorialarazon

Tercera exhibición seguida de Lorenzo, que presiona a Rossi en la lucha por el Mundial. Otro cero para Márquez.

Sólo en una de las tres temporadas en las que Lorenzo consiguió ganar tres carreras seguidas no fue campeón de MotoGP (2013). En 2010 y en 2012 el triplete significó acabar el curso como campeón, algo que ahora empieza a imaginar sin «dejar de tener los pies en el suelo» y recordando que queda por delante «el doble de carreras (12) que las que se han disputado (6)». Jorge arrasó en Mugello con la misma contundencia que lo había hecho en Jerez y Le Mans, sus sensaciones con la moto son tan buenas como en sus últimos títulos y ha reducido su desventaja con el liderato a sólo seis puntos, pero no quiere hablar de más objetivos que sumar en Montmeló cuatro victorias seguidas por primera vez en su vida.

No se aparta del partido a partido, por mucho que esté ganando por goleada día tras día. En Italia la historia fue la ya conocida cuando enseña ese martillo implacable que él mismo inventó.

No necesitó ni media vuelta para superar a Iannone y ponerse en cabeza; después, lo suyo fue coser y cantar. Nadie se ofreció voluntario para pelear con él y ni siquiera tuvo que luchar consigo mismo ni con la Yamaha, que va como la seda. «Lo mejor de la moto es la confianza que me da entrando en la curva, que no tenía los últimos años. Eso me permite tener mucha fe y más velocidad sin perder el paso por curva y la aceleración que ya teníamos», explica Lorenzo, que va sobre raíles. Pronto se guardó dos décimas de margen en el bolsillo, un lugar en el que únicamente Márquez se atrevió a meter la mano en el tercer giro. Marc recuperó nueve puestos antes del primer paso por meta (del 13º al 4º) y en otro parpadeo se colocó segundo a menos de una décima del que mandaba.

«Al ver la pizarra he pensado: “Puede ganar”», confesaba Jorge, al que el temor le duró poco, porque enseguida se disparó hasta más allá del segundo de ventaja y dejó la prueba sentenciada con más de dos tercios por disputarse. Márquez había arreglado sus errores del sábado, aunque su intención de luchar por el triunfo pronto se transformó en una batalla con Iannone por el segundo puesto. 20 puntos de botín, que era oro en su situación y que tenía a mano a falta de seis vueltas, cuando la mala estrella que le acompaña en su tercera campaña en MotoGP se hizo presente de nuevo. «Fue un fallo mío. Es lo que tiene ir al límite», se confesaba de nuevo el vigente bicampeón, que no acaba de encontrar el truco a la Honda ni de acostumbrarse a su nueva situación: ir con el pie cambiado. Es la primera vez que se ve en desventaja y, con la caída de ayer y la de Argentina, ha perdido 40 puntos que parecían suyos.

Ahora tiene 49 y 43 de retraso frente a Valentino y Lorenzo, respectivamente, que ya empiezan a mirarse cara a cara en la discusión por el título. «Es una buena noticia para mí que no hayan sumado Marc y Dovizioso, aunque es mala que Jorge me haya recortado tanto en tan poco tiempo», analizaba Rossi, que a pesar de los problemas iniciales sigue sin bajarse del podio. Acabó tercero por delante de Iannone y Lorenzo, que lleva varias semanas pilotando tan deprisa que está en otro planeta.