Fútbol

Real Madrid-Osasuna: petardos, partidos suspendidos y Jan Urban

Los partidos del Real Madrid en El Sadar en los años ochenta eran más una batalla que un encuentro de fútbol. Pasó de todo. La final de la Copa del Rey de hoy tiene otro ambiente

Un petardo explota al lado de Buyo en un Osasuna-Real Madrid
Un petardo explota al lado de Buyo en un Osasuna-Real MadridYoutube

Es difícil imaginar el proceso mental que lleva a un aficionado que va al fútbol a coger una aceitera de su casa, llevarla al campo y en algún momento del encuentro, lanzársela al equipo rival. «De metal, de 15 centímetros», recogió en el acta Daudén Ibáñez, colegiado de ese Osasuna-Real Madrid, de 2006 en el que marcó Baptista y el aficionado enfurecido y con una aceitera en el bolsillo, no se le ocurrió nada mejor que lanzarla.

Los partidos del Real Madrid contra Osasuna, sobre todo los que se jugaban en El Sadar tuvieron momentos terribles en los años 80 y 90, con las gradas tan apasionadas pero no sólo en lo deportivo. Eso ha cambiado para la final de hoy sábado. Lo que sucedia también era una manifestación política y la llegada del Real Madrid era el mejor escaparate para los gritos y para la violencia. Lo vivió, sobre todo, Paco Buyo en el episodio más llamativo de esos encuentros tan calientes: ese día cayó un petardo en la portería del Real Madrid, en los pies de Buyo y los jugadores blancos decidieron marcharse del campo porque peligraba su integridad. El partido se suspendió. «Se lo dije al árbitro Socorro González cuando ya me iba para el vestuario. Te pones tú de portero y yo me voy. Cuando se sobrepasan ciertas las líneas los árbitros tienen que tomar medidas y como no lo hacían se lo dijimos claramente. O suspendes o nos vamos al vestuario y no se juega más. El ambiente hostil contra nosotros no permitía seguir jugando», contaba Paco Buyo en el periódico As recordando esa noche de 1989 que ha pasado a la historia infame de LaLiga española (como se ve a partir del minuto 6 del vídeo). El encuentro continuó otro día, a puerta cerrada, sin público en Zaragoza y sin peligro para los jugadores del Real Madrid.

El Sadar fue cerrado durante tres encuentros, pero todo se olvida. Dos años después de aquel terrible incidente, el Real Madrid jugó su partido de Liga en Pamplona y en un saque de esquina, Míchel fue al córner a sacar y le fue imposible llegar porque aquello parecía un bombardeo de las cosas que caían. Así que sucedió algo que se ha visto pocas veces en un campo de fútbol: el saque de esquina se hizo desde el otro córner.

Un cochinillo contra Juanito en un Osasuna-Real Madrid

Ser del Real Madrid no era fácil en El Sadar, lo que vivieron Buyo y Míchel no era más que la continuación de lo que se había sufrido en los años 80. Osasuna volvió a Primera y en 1981 ya el partido contra el Madrid tuvo que suspenderse unos minutos por todo lo que estaba cayendo al campo. El año siguiente, lo que cayó sobre el césped de El Sadar fue un cochinillo con el número 7 de Juanito. «El partido se vio interrumpido en numerosas ocasiones por la aparición de sendos animales (cerdo y gallo) en el terreno de juego que ocasionaron la paralización del partido», contaba la Hoja del Lunes de ese encuentro. Santillana fue expulsado por única vez en toda su carrera.

El ambiente era terrible, los partidos súper competidos. «Osasuna ha batallado noblemente y han corrido mucho sus hombre», decía Alfredo Di Stéfano, entrenador del Real Madrid el día del cochinillo y la expulsión de Santillana, «derrochando energía y un esfuerzo generoso», continuaba del equipo blanco.

Porque la tensión en el campo era deportiva, pero también era terrible. Osasuna, espoleado por su público, no se tomaba esos encuentros como uno más. Era el partido. Lo fueron en El Sadar y también aquella noche del 30 de diciembre de 1990. Jan Urban hizo el partido de su vida: metió tres goles y dio el pase del cuarto para la victoria (0-4) del conjunto navarro en el Bernabéu. Los Ultra Sur salieron del estadio y rompieron todo los coches con matrículas de Navarra.