Atletismo

Beitia, quinta, nunca defrauda

Ruth Beitia
Ruth Beitialarazon

Se clasifica quinta en la final de altura con una marca de 1,99 metros, a sólo tres centímetros de su récord de España.

La única esperanza de medalla del atletismo español en el estadio se esfumó cuando Ruth Beitia realizó el tercer nulo en su intento de rebasar los 2,01. No era una marca imposible para ella, pero la admirable cántabra, la más veterana de las participantes, con 36 años, tampoco acostumbra a saltar 2 metros así por así. Este año, sin ir más lejos, tiene su mejor marca justo en la mítica barrera y en su extensa trayectoria ha llegado a saltar 2,02. La gran referencia del atletismo español nunca decepciona, es una garantía de competitividad que le ha servido para proclamarse doble campeona de Europa y tercera del mundo en los tres últimos grandes eventos, pero tiene que exprimirse al límite de sus posibilidades cuando las exigencias para las medallas se sitúan por encima de los dos metros. A su lado competían Chicherova, bronce, y Vlasic, plata, dos grandes estrellas de la altura que han superado los dos metros más de dos docenas de veces. Y luego está la tercera en discordia, esa atleta que siempre hace la competición de su vida en el momento exacto para amargar la fiesta. Ayer fue Kuchina, otra rusa que batió su marca personal para ganar el oro contra pronóstico.

Beitia compitió bien, como siempre, saltando a la primera el 1,99, dos centímetros más de los que necesitó hace dos años en Moscú para colgarse el bronce mundialista. En Pekín le valió para ser quinta, un buen puesto entre la élite que, sin embargo, no satisface a la española, que a sus 36 años le cuesta encontrar la motivación necesaria para regresar a una nueva cita mundialista. Sí estará el año que viene en los juegos de Río, compitiendo de nuevo con lo mejor de la disciplina. Allí volverá a encontrarse con las rusas y con Vlasic, la croata que tras pasar por un sinfín de lesiones ha vuelto a bailar sobre la colchoneta para deleite de todos.

La cántabra, tras la prueba, no escondía su decepción: «Me voy triste y con mal sabor de boca. Me sabe a muy poco esta quinta posición, la única lectura positiva es ese 1,99 pero estaba para saltar más. Mi expectativa eran los dos metros y la medalla. Posiblemente, éste sea mi último Mundial al aire libre».