Subies, la «mano derecha» de Rubiales, admite que adjudicó obras a dedo

Dijo al juez que no sabe si la empresa beneficiaria, Tastavins, facturó las reformas en su vivienda y en el restaurante de su mujer. Anticorrupción ve un «desvío de fondos sistemático» en la Federación Catalana durante su presidencia.

El vicepresidente económico de la Real Federación Española de Fútbol, Andreu Subies, admitió al juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz el 31 de octubre que la Federación Catalana de Fútbol (FCF) adjudicó obras a dedo, cuando él la presidía –abandonó el cargo el pasado mayo para convertirse en la «mano derecha» de Luis Rubiales al frente de la RFEF–, a una empresa del exdirectivo Josep Contreras, Tastavins, que también se encargó de reformar en esas mismas fechas su vivienda y el restaurante de su mujer en Cambrils (Tarragona). La Fiscalía Anticorrupción ve indicios de que esas obras se pagaron con dinero desviado de la Federación Catalana gracias a supuestos sobrecostes en la reforma de sus sedes, que también se dejaron en manos de esta sociedad, financiada indirectamente a través de las subvenciones otorgadas por la Federación Española presidida entonces por Ángel María Villar, a quien el «caso Soule» llevó a prisión en julio de 2017, que abandonó días después tras pagar una fianza de 300.000 euros.

En su comparecencia ante el instructor de esta pieza separada del «caso Soule» –a la que ha tenido acceso LA RAZÓN–, Subies aseguró a la Fiscalía que cuando llegó al cargo en 2011 solicitó a la RFEF subvenciones para obras en las sedes de la territorial catalana y que éstas se adjudicaron de forma directa a Tastavins, «que ya había trabajado en mantenimientos y reformas en la casa», manteniendo el sistema existente: «La gente de confianza que estaba allí era la que trabajaba en la casa». «Entiendo entonces que la adjudicación era directa. No había ningún procedimiento ni se invitaba a otras empresas», quiso saber la fiscal.

–Subies (S): «Se preguntaba en el entorno lo que sea, pero siempre más o menos para saber si lo que ibas a hacer era oportuno».

–Fiscal (F): «La pregunta es si se presentaban varias empresas con sus ofertas».

–S: «No, que yo conozca no».

Contreras, según explicó el «número dos» de Rubiales, fue directivo de la catalana cuando él la presidió, aunque Subies eludió una y otra vez asegurar que fue él quien lo incorporó a la Junta Directiva (hasta ese momento trabajaba para la federación catalana como «externo»). «Nunca trabaja en la casa siendo directivo», precisó.

La representante de Anticorrupción se mostró muy incisiva al preguntarle en relación a las reformas realizadas en la sede de Tarragona entre 2013 y 2014, para las que la FCF recibió una subvención de la Española «de unos 600.000 euros», subvenciones que según contó se negociaban «casi siempre, en el 90 por ciento», con José María Castillón, administrador general de la Federación de Villar.

Esas obras, según Anticorrupcion, se llevaron a cabo al mismo tiempo que las reformas en su casa y en el restaurante de su esposa. Fue él, dijo Subies –investigado por corrupción entre particulares, administración desleal, apropiación indebida y falsedad en documento mercantil–, quien presentó a su mujer a Contreras «aprovechando la casualidad de que estaba trabajando allí». Tastavins subcontrató los trabajos con otra empresa, DTS Grup. La representante de Anticorrupción quiso saber cómo se acordó el pago de esas obras con Contreras, también imputado en esta causa. Su respuesta sorprendió a la fiscal:

–S: «Bien, esto lo sabrán mejor los propietarios o responsables, pero creo que se quedó en que se pagarían unas cantidades a medida que se trabajara, irle pagando poco a poco en el tiempo».

–F: «¿En metálico, en transferencia, cómo?».

–S: «Eeeemm... Se le pagaba».

–F: «No sabe usted cómo... ¿Se terminó de pagar?».

–S: «Yo creo que sí, se le pagó todo».

–F: «Cuando dice vd. los propietarios, ¿a quién se refiere?».

–S: «En este caso, mi mujer, la que tenía un trato más directo».

–F: «¿Se extendía algún tipo de recibí o factura?».

–S: «No lo sé».

La fiscal también preguntó por la presunta condonación de una deuda de 1,1 millones, que Subies redujo a 800.000 euros, por parte de la RFEF. En el reparto de subvenciones, matizó el directivo de Rubiales, se descontaban las cantidades prestadas previamente. «Te condonaban siempre que les traías facturas de obras». Según él, «fue como una subvención» de la que no tiene constancia que se documentara. «Si lo firmé o no, no me acuerdo, pero sé que lo negociamos».

–F: «Pero habla usted de pacto formal, de un pacto verbal, ¿era así como se funcionaba?».

–S: «Sí, la relación era muy estricta siempre, una relación de pagos, subvenciones, del día a día».

El ex presidente de la Catalana recordó que adjudicó igualmente a Contreras obras en la sede de la Mupresfe, la Mutualidad de los Futbolistas, y respecto al pago anual de 650.000 euros de ésta en beneficio de la Federación a cambio de poner su estructura en beneficio de la Mutualidad aseguró: «Yo como presidente soy el último que llega, no el primero, aunque lo parezca. Hay profesionales de la casa, directores generales, secretarios, que son los técnicos, que se dedican a estas cosas y te dicen “hemos llegado a un acuerdo”».

Anticorrupción pidió sin éxito al juez que impusiera medidas cautelares a Subies –comparecencias periódicas en el juzgado y retirada del pasaporte– al responsabilizarle del «desvío de fondos sistemático» durante su mandato al frente de la Federación Catalana y de la «presunta percepción de comisiones en forma de obras u otras».