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Las claves de Carlos Alcaraz, el español que deslumbra al mundo del tenis: “En cualquier entrenamiento ves algo fuera de lo normal”

Antonio Martínez Cascales, fundador de la JCFerrero-Equelite, analiza la proyección y el mimo con el que llevan a Carlos Alcaraz, una de las sensaciones del tenis mundial

Carlos Alcaraz, a punto de ejecutar un golpe de derecha en el pasado Roland Garros
Carlos Alcaraz, a punto de ejecutar un golpe de derecha en el pasado Roland GarrosYOAN VALATEFE

“Su padre lo ha sabido llevar muy bien”, cuenta Antonio Martínez Cascales, fundador de la JCFerrero-Equelite y quien fuera entrenador del hombre que pone nombre a la academia, ganador de Roland Garros y número uno del mundo. El padre al que se refiere se llama Carlos y su hijo, con el mismo nombre, es una de las sensaciones del tenis actual. Carlos Alcaraz se lleva las alabanzas de cada rival con el que se enfrenta, y lo ha hecho ya a unos cuantos de mucho peso, con sólo 18 años que tiene: Zverev en Acapulco, Nadal en Madrid; Medvedev en Wimbledon; Goffin, al que derrotó, en Melbourne. El murciano ha llegado a la tercera ronda de Roland Garros y en el pasado Wimbledon superó un partido y sucumbió ante el número dos del mundo, dándole mucha guerra en el primer set. Ya se habla de que va a ser el futuro del tenis, lo que además de bonito puede ser un peligro. “Es un chico muy con los pies en el suelo”, sigue Martínez Cascales. Gran parte de esa mentalidad empieza en el padre. “Ha sido el que ha estado ahí detrás. Yo al padre lo conozco de cuando jugaba, coincidimos con él cuando yo llevaba a Samuel López, el que ahora es entrenador de Pablo Carreño. Luego se dedicó a ser entrenador de tenis y con su experiencia ha sabido manejar muy bien los primeros pasos de Carlos para ponerle la gente adecuada a su lado y enseñarle una técnica y una forma de ver el tenis muy completa y muy buena. Creo que ha sido clave”, añade Cascales.

Una de esas personas que está al lado de Alcaraz es su mánager, Albert Molina, quien llevara también los pasos, por ejemplo, de David Ferrer. Y Molina vio que ese chico de 14 años con mucha calidad y proyección podía ir a la JCFerrero-Equelite para seguir mejorando y jugar contra tenistas de un nivel superior. Primero lo hacía tres veces o cuatro al mes, con 15 años se decidió que estuviera allí cuatro días a la semana y a los 16 ya se estableció en la academia de forma permanente. “Es una edad difícil y pensamos la familia, el mánager y nosotros que era bueno tenerlo aquí. Y como él ya se había adaptado, no le costó mucho”, prosigue Martínez Cascales.

Juan Carlos Ferrero no tardó en ilusionarse con él y empezó a entrenarlo. “Juan Carlos vio esa humildad, ese trabajo que tiene Carlos. Es un chico que no se lo cree, pero al mismo tiempo le apasiona el tenis de una forma bárbara. Yo desayuno muchos días aquí en la academia con él y mientras estamos desayunando él tiene el teléfono puesto viendo partidos de tenis. Y es muy agradecido, no termina un entrenamiento sin darte las gracias. Eso lo tienen pocos chicos de su edad. Él lo hizo siempre y lo sigue haciendo”, dice Martínez Cascales, y desvela que Ferrero ha renunciado a entrenar a grandes jugadores porque está muy centrado con Carlos Alcaraz. “Ha tenido oportunidad estos tres años de entrenar prácticamente a todos los grandes jugadores... El último, de Australia para acá, Tsitsipas, que le ha pedido reiteradamente que le entrenara. Se lo pidió Thiem, Del Potro, Cilic... Pero no ha querido dejar a Carlos. Yo hace dos años, cuando se lo pidió Thiem, le dije que era compatible estar con Thiem las 12-15 semanas que le pedía en los torneos más importantes, y entrenar a Carlos, al que podía llevar incluso de sparring, pero Juan Carlos no quiso”.

La humildad y el cómo era Alcaraz convenció a Ferrero, pero es que tenísticamente es una bomba. “Es muy distinto. Desde que está aquí entrenando, siempre que he podido lo voy a ver. En cualquier entrenamiento, incluso cuando tenía quince años, veías algo fuera de lo normal, una jugada, un punto, algo... ‘Qué barbaridad, lo que acaba de hacer’. Ganará más o menos, que yo creo que ganara mucho, aunque hay que huir de las comparaciones de los últimos meses, pero seguro que lo vamos a pasar bien viéndolo jugar. Es muy creativo, muy agresivo, muy luchador, tiene carisma”, describe Cascales. Con las comparaciones, claro, se refiere a lo de “nuevo Nadal” y apellidos así que se le ponen a un chico que apenas acaba de llegar a la mayoría de edad. “El está al margen de eso, y nosotros también. Ahora no tiene la más mínima base. Te podría nombrar jugadores que han ganado Roland Garros júnior arrasando, que parecía que iban a ser... Mira, el jugador que más me ha impresionado a mí los últimos 20 años de joven no ha sido Djokovic ni Nadal, fue Dimitrov, lo vi entrenar con David Ferrer un día y me pareció una cosa... Y es un gran jugador, pero no ha cumplido las expectativas que en ese momento se tenían. Con 18 años ya ganó un set a Nadal en Rotterdam. Ha ganado un Master jugando un tenis fantástico, porque cuando juega bien es una maravilla, pero se diluye. Los jugadores jóvenes se pueden diluir. Ser un Nadal, Djokovic o Federer es un poco absurdo”, opina Antonio Martínez Cascales.

Alcaraz ya está el 75 del mundo y la próxima semana va volver a la tierra batida para jugar en Umag, en Croacia, donde se dará una situación muy curiosa: va a reaparecer su entrenador. A los 41 años, Juan Carlos Ferrero vuelve a la competición, para disputar el dobles. Maestro y alumno compartirán pista. Y Alcaraz también disputará el cuadro individual. “Ahora ha dado un paso más porque puede entrar en los cuadros finales. Al final la evolución del tenis no es sólo entrenar, es entrenar y lo que te aporta la competición. Es uno de los jugadores a los que más ha perjudicado la pandemia. Si no estuviéramos con los puntos congelados, él hubiera entrado en el “top 100” a principio de año o finales del pasado y esto hubiera acelerado un poco su entrada en ciertos cuadros y a lo mejor hubiera jugado con Nadal el año pasado y no éste, por ejemplo. Pero no pasa nada. Es muy joven”, explica Cascales. “Mentalidad ganadora está claro que tiene. Y debe seguir su evolución en todos los sentidos: físico, técnico, táctico, afrontando momentos delicados como este año en pista”, añade. Carlos ha jugado esta temporada con una camiseta sin mangas, como Nadal en sus inicios, y se le ve fuerte. “Ha cogido mucha fuerza, ha hecho una buena preparación física, ha hecho también resistencia. Tiene que seguir mejorando, es un jugador que ve muy pronto la bola, es muy rápido, pero también porque ve muy pronto la pelota, eso lo debe seguir mejorando. No debe coger mucho más volumen muscular del que tiene, porque eso no sería positivo. Los preparadores de la academia tienen mucha experiencia, y nosotros también estamos detrás”, concluye Cascales.