Tenis
Medveded, rival de Nadal en la final del Open de Australia tras ganar a Tsitsipas
El ruso se impuso por 7-6, 4-6, 6-4 y 6-1. Buscará ante Rafa su segundo título de Grand Slam en la que será su cuarta final
Daniil Medvedev será el último obstáculo para Nadal en la búsqueda de su vigésimo primer Grand Slam.El ruso se impuso a Tsitsipas por 7-6, 4-6, 6-4 y 6-1 tras dos horas y media en un partido en el que el griego hizo de todo para ganar, pero enfrente estaba la raqueta con menos grietas del circuito cuando se juega sobre pista dura.Medvedev afrontará su cuarta final de Grand Slam después de haber ganado el año pasado el Abierto de Estados Unidos.
Habían pasado once juegos, casi 40 minutos de semifinal, y Medvedev cedió el primer punto con su saque. Ganó los 22 primeros, cinco juegos de corrido y cedió un punto al servicio como si fuera una concesión antes del tie-break. El tenis del ruso es desesperante para el rival. Lo devuelve todo, va a piñón fijo, su segundo saque es casi un primero para el común de los mortales y cuando tiene que servir el ritmo que alcanza es infernal. Coge la bola, dos-tres botes como máximo y raquetazo a más de 200 kilómetros por hora. El último juego antes del desempate lo resolvió en menos de 1:30. Luego se despistó por la propia inercia de su tenis, cometió dos errores no forzados con el revés y se topó con un amenazante 1-4. Su aire despreocupado y su servicio le volvieron a rescatar cuando más se complicaba la primera manga.
Tsitsipas y su extraordinaria variedad de golpes no cambiaron de plan. En el segundo set, el marcador hizo justicia con todos los méritos acumulados por el griego. Lo que no había conseguido en seis juegos antes, lo hizo en el arranque de la segunda manga. Logró un break en el primer juego, pero Medvedev lo igualó en el quinto. Con el partido equilibrado y después del noveno juego -4-5 para el griego-, el ruso explotó en el parón. Se dirigió de mala manera al juez de silla, el español Jaume Campistol. “¿Eres estúpido?”, soltó de pronto. “Mirame, te estoy hablando”, y elevó el tono de voz repitiéndolo varias veces. “¿Puede hablar su padre en cada punto?” Todo a voces y con muy malas formas. Volvió a la pista y Tsitsipas igualó el partido.
Medvedev se dio una tregua. Cogió su bolsa, se fue al vestuario y al regreso se dedicó sólo a jugar. El servicio volvió a convertirse en un martillo a pilón a medida que avanzaba el set. Y en el décimo juego ejecutó al griego. Empezó con una dejada, colocó un revés paralelo en una subida de Tsitsipas, un par de restos profundos y volvía a tener el control del partido ante un rival al que no se podía pedir más. Era cuestión de tiempo que el griego flaqueara. En el cuarto juego del cuarto set dejó ver la bandera blanca. Medvedev no frenó y en dos horas y media se convirtió en el último obstáculo para que Nadal haga Historia.
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