Tenis

Open de Australia. La increíble bronca entre Medvedev y el juez de silla español: “¿Eres estúpido?”

El ruso se enfadó muchísimo en la semifinal contra Tsitsipas al considerar que al griego le estaba dando instrucciones su padre y entrenador

Daniil Medvedev discute gritando con el juez de silla, Jaume Campistol, durante la semifinal del Open de Australia contra Tsitsipas
Daniil Medvedev discute gritando con el juez de silla, Jaume Campistol, durante la semifinal del Open de Australia contra TsitsipasTertius PickardAgencia AP

Y Daniil Medvedev estalló. Estaba jugando la semifinal del Open de Australia, en busca de desafiar a Nadal en la final, contra el griego Tsitsipas. Un partidazo, igualado. El ruso se impuso en el primer set en el tie break, y el segundo se le complicó con un break en contra al principio. Al rato, se sentó en un descanso y los gritos contra el juez de silla español Jaume Campistol se escucharon en toda la Rod Laver Arena y más allá, por considerar que su rival estaba haciendo trampa.

Medvedev comenzó gritando. “¿Estás loco?”, le dice. Y le pregunta de forma reiterada: “¿Puede su padre estar hablando en cada punto?”. Lo dice enloquecido una y otra vez. El padre de Tsitsipas, Apostolos, es además su entrenador y si le estaba dando instrucciones es “coaching”, algo que está prohibido y que se puede sancionar con un “warning” (advertencia) y con la pérdidas de puntos si continúa. El número dos del mundo fue perdiendo los papeles: “¿Eres estúpido?”, le chilla en un momento. Y sigue con él: “¿Puede su padre hablarle en cada punto?”. Para seguir con: “Eres un mal tío. Mírame a la cara, te estoy hablando”. El encuentro continuó y el árbitro español tampoco quiso advertir y sancionar al jugador ruso, que terminó perdiendo ese segundo set. La historia continuó y Medvedev acabó diciendo a Campistol era “cómo decirlo... Un gatito”.

Sin duda es una de las imágenes del partido entre dos jugadores que han protagonizado algunas polémicas. En el caso de Tsitsipas, había sido muy criticado los últimos meses por sus visitas al vestuario cuando las cosas no le iban bien para cortar el ritmo al rival. La excusa es ir al baño o cambiarse de ropa, pero no había límite de tiempo y muchas veces superaba los diez minutos. La ATP decidió reglamentarlo y ahora mismo lo ha fijado en sólo una visita por partido, que además no puede superar los tres minutos. Por cierto, en el duelo de semifinales de Australia, Tsitsipas acabó siendo castigado por “coaching”.

En el caso de Medvedev, es un provocador nato. En este Open de Australia ha tenido más de un encontronazo con el público. Cuando se enfrentó a Kyrgios llegó a decir que los que pitaban entre el primer servicio y el segundo servicio tenían “un cociente intelectual bajo”. Cuando remontó contra Aliassime en un partido tremendo de cuartos dijo lo que había pensado para superar esa situación: “Sé que a la gente no le va a gustar, pero he pensado: ¿qué haría Djokovic?”, respondido con abucheos de los aficionados, después de todo el lío que se ha montado con el número uno del mundo y su expulsión de Australia, donde no ha podido jugar, por no estar vacunado contra el covid. Incluso en el partido de octavos contra Cressy gritó en alto: “¡Esto es muy aburrido!”, por el juego de saque y volea de su rival, que le hizo pasar un mal rato.