Tenis

Djokovic, imparable, ya tiene media docena de títulos en el Torneo de Maestros

El serbio iguala a Federer tras imponerse a Ruud por 7-5 y 6-3 en 93 minutos

Djokovic celebra un punto en la final ante Ruud
Djokovic celebra un punto en la final ante RuudAntonio CalanniAgencia AP

Novak Djokovic no es el número uno del mundo, pero sí es el campeón del Torneo de Maestros. El serbio ganó su sexto título en las Nitto ATP Finals con lo que iguala el número de títulos de Roger Federer. En su octava final, siete años después de su último título, Nole derrotó a Casper Ruud por 7-5 y 6-3 en 93 minutos. Además del trofeo, el serbio se llevó el premio más elevado de la historia del tenis: 4.750.000 dólares por acabar el torneo invicto. El noruego cierra un curso sobresaliente en el que ha irrumpido por pleno derecho en la élite. Finalista en Roland Garros, en el Abierto de Estados Unidos y en el Torneo de Maestros. Sólo Nadal, Alcaraz y Djokovic pudieron frenarle. El serbio termina 2022 como número cinco del mundo y con un aviso claro para lo que se avecina el año que viene. Nole quiere guerra en 2023.

Si cualquiera observase durante el arranque de la final los gestos en pista de Novak Djokovic cuesta explicar que el serbio ha sido campeón invicto de las Nitto ATP Finals, del Torneo de Maestros de toda la vida. No eran los gestos que mostró durante la carnicería con Medvedev, pero no estuvo lejos. Bufidos, ojos fuera de las órbitas, parado en medio de la pista apoyándose sobre la raqueta, llevándose las manos a las sienes como si una migraña letal le asaltara... pues así empezó ante Ruud mientras el noruego estaba a lo suyo. A los gestos raros de Nole, el nórdico respondía con un tenis sin fisuras hasta que el de Belgrado decidió olvidarse de los gestos y se centró en su tenis. Casualmente fue a partir del décimo juego, cuando el partido empezaba a ponerse caliente.

Había desaprovechado dos bolas de break en el segundo juego, pero cuando el set se encaminaba hacia el desempate sacó los colmillos e hizo presa en Ruud. La búsqueda del revés del noruego se convirtió en una obsesión y en el duodécimo juego se hartó de mandar derechas a la zona del revés de Casper. Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis... así se encontró con la tercera bola de break, la primera de set. Más madera al revés de Ruud. En uno cruzado a dos manos no controló la pelota y en menos de una hora Djokovic ya estaba por delante.

Solventado el primer capítulo, el serbio vio pista libre para despegar. A Ruud cada punto se le hizo una montaña. Nole se puso en modo robótico y de esa forma resulta un jugador inabordable. El noruego no encontraba forma de hacer ni cosquillas al saque del serbio. Con su primer servicio solventó el partido con la fiabilidad habitual. Lo hizo con un saque directo cuando Ruud todavía tenía más ganas de guerra. Djokovic se convierte en el campeón de las Nitto ATP Finals más veterano de la historia. Termina el año con el impulso que buscaba para afrontar con garantías el asalto en algo menos de dos meses al Abierto de Australia.