Partidazo

Alcaraz y la clave para vencer a Berrettini: le restó más que nadie para ganar y alcanzar sus primeros cuartos de Wimbledon

El murciano se impuso 3-6, 6-3, 6-3 y 6-3. Logró limitar el saque del italiano, incluso con primeros, pese a que el promedio de velocidad en estos fue de 202 kilómetros por hora

Spain's Carlos Alcaraz races to return to Italy's Matteo Berrettini in a men's singles match on day eight of the Wimbledon tennis championships in London, Monday, July 10, 2023. (AP Photo/Alberto Pezzali)
Alcaraz, durante su partido de octavos de final de Wimbledon ante BerrettiniASSOCIATED PRESSAgencia AP

Carlos Alcaraz impactó la última derecha con potencia, Berrettini corrió, intentó defenderse de revés y mandó la bola fuera. El español se llevó las manos a la cara. Acababa de escalar otra montaña: remontó, venció por 3-6, 6-3, 6-3 y 6-3 y se metió por primera vez en los cuartos de final de Wimbledon. Se superó, pero es algo que ha hecho siempre durante su todavía corta carrera en todos los grandes torneos que ha jugado. Es lógico ir a más cuando se está empezando, pero es que él, con 20 años, ya se ha puesto como límite el infinito en alguno de ellos. Su debut en los Grand Slams fue en el Open de Australia de 2021, y llegó a segunda ronda, para alcanzar la tercera en 2022, frenado precisamente por Berrettini en el tie break del quinto set. Este curso no ha podido ir a Melbourne por lesión. En Roland Garros alcanzó la tercera ronda en su primera participación, los cuartos la temporada pasada y ésta ya pisó las semifinales. En el US Open, su barrera fueron los cuartos en el estreno y después ganó el título, casi nada. Y en Wimbledon debutó con una segunda ronda, pasó a octavos en 2022 y esta vez ya está en cuartos y con ganas de más.

Porque después del partidazo que jugó ante un finalista en el All England como Berrettini (lo fue en 2021 y no pudo estar en 2022 por covid) es fácil ilusionarse con poder ir todavía más allá. Para vencer al italiano tuvo que recurrir a sus dotes de artificiero. Si para ganar Wimbledon una de las claves es servir bien, el contrapunto a esto cuando delante hay un gran sacador es poner en juego el mayor número de bolas posibles. El resto es básico también sobre pasto y es uno de los aspectos que más practicó Carlos en pretemporada.

Espectaculares números al resto

Matteo se quedó en sólo nueve servicios directos, pocos para lo que es habitual en él. Logró minimizar una de las armas más importantes de su rival, como muestran los números. El primer día, contra Sonego, Berrettini apenas cedió 13 puntos cuando metió el primer saque (ganó el 84 por ciento de los jugados con primero, y 63 con el segundo). La siguiente ronda contra De Miñaur, únicamente fueron siete los puntos concedidos cuando le funcionaba el cañón de primeras (ganó el 88 por ciento, y 53 con el segundo) y ante Zverev, se dejó 13 puntos (se llevó el 82 por ciento, y el 65 con el segundo). Son cifras que asustan, pero Alcaraz las redujo: le "robó" 28 de los 84 puntos que el italiano jugó con primero, por tanto sólo le permitió llevarse el 67 por ciento, y con el segundo le dejó en un 49. Números más humanos para intentar el asalto al encuentro. El promedio de velocidad del italiano en su primer saque fue de 202 kilómetros por hora

Carlos supo mantener la concentración pese a que se le escapó el primer set. Es la ley de la hierba también, que un despiste se paga. Después de dos servicios en blanco del español, se lio un momento, intentó una dejada que no tocaba, otra pelota rozó en la red, y sufrió un break que ya no pudo remontar. Fue el único en todo el partido. Y mira que Berrettini lo intentó de todas las maneras, jugó duro con su fantásticas derecha y empezó también muy fino con el revés, que en ocasiones le falla algo más. No podía perder la perspectiva el número uno del mundo: iba perdiendo, pero el partido estaba igualado y las sensaciones de Alcaraz eran buenas, estaba corriendo bien y pegando a la bola con todo, con sus tiros imaginativos, como uno en el que coló la pelota entre la red y el juez de silla.

Hubo ratos de un nivel altísimo, de un ritmo frenético. "Mano dura, mano dura", se recriminó en algún resto el murciano. Era una forma de demostrar que estaba conectadísimo, y otra eran los «vamos» que gritaba. Con sus prestaciones al resto amenazaba más el saque de Berrettini que al contrario y no se desesperaba por las pelotas de rotura salvadas por el transalpino (ganó Alcaraz 4 de 16, por 1 de 3 de su rival). Insistió e insistió hasta que en cada parcial terminaba llegando el break. Poco importó que el techo se cerrara por falta de luz en el cuarto set. En cuartos de final le espera Rune, tenista también de 2003: nació sólo una semana antes que él.