Un aperitivo inmejorable

Nadal gana el torneo de exhibición de Abu Dhabi. «Estoy mucho mejor que hace tres o cuatro meses», afirma Rafa. En Doha, la primera cita oficial del año, espera Djokovic

Nadal ha arrancado el año como lo hizo en 2010 y 2011. En su tercera victoria en Abu Dhabi se impuso al canadiense Milos Raonic por 7-6 (7/2) y 6-3. Lo importante no es tanto la victoria sino las sensaciones que ha experimentado en la pista rápida del emirato. Rafa ha empezado el año como las temporadas 2010 y 2011. En la primera vivió el que fue el mejor ejercicio de su carrera. Ganó todos los grandes salvo Australia, levantó siete títulos y sólo sufrió diez derrotas. 2011 fue el año de las finales perdidas ante Djokovic –cayó en media docena–, pero ganó tres torneos y la Copa Davis. Los precedentes son esperanzadores para el ex número uno del mundo. El nivel de su raqueta en los dos últimos días ante Ferrer y Raonic, también.

El jugador de origen montenegrino forma parte del grupo al que se lleva esperando varias temporadas para dar el relevo a los mejores. Peleó el primer set hasta el «tie-break» y en el segundo cedió su saque en el cuarto juego. Rafa fue tan sólido como se había mostrado ante «Ferru» y cerró el partido con una derecha de ésas que armaba con regularidad hace no demasiado tiempo.

Nadal ha hecho una pretemporada diferente. Su complicado 2015 le ha llevado a cambiar algunas de sus costumbres. Las vacaciones no han sido las habituales. «Una de las claves es que no detuve mi actividad. Y segundo, y más importante, es que desde hace tres o cuatro meses estoy jugando mucho mejor y me siento bien en la cancha», asegura. Ante Ferrer afrontó con solvencia un partido de la máxima exigencia física. Se pasó dos horas y media en la pista y ante Raonic no acusó el cansancio. «Estoy feliz por la forma en que jugué en todos los aspectos, sólo necesito seguir adelante», comenta. Otro cambio es que desde el principio de la temporada tiene a su lado a sus dos entrenadores, Toni Nadal y Francis Roig. Probó esa fórmula en la última gira asiática y acabó satisfecho con la experiencia.

Nadal no tenía las sensaciones que ha vivido en Abu Dhabi desde hace tiempo. «Estoy jugando bien. No trabajo para regresar; trabajo para estar mejor que hace dos, tres o cinco meses. Siempre quiero mejorar mi nivel. No pienso en lo que sucedió hace cinco o tres años. Pienso en lo que pasó ayer para mejorar hoy. Ésa es mi filosofía. Ahora me siento bien y estoy preparado para la competición», comenta Nadal.

Mañana comenzará el año de verdad. Nadal afronta en la pista dura de Doha la siguiente etapa en el rodaje para el Abierto de Australia. Se trata de disputar el mayor número de partidos posibles –un máximo de cinco– y eso equivaldría a llegar a una final en la que, previsiblemente, le esperará Novak Djokovic y una semifinal con David Ferrer. «Estoy trabajando duro para estar a la altura de estos jugadores. Sé que cuando yo estaba jugando bien durante mi carrera siempre estuve listo para competir contra todos estos chicos. Y me siento bien ahora. Así que vamos a ver, me siento listo para competir con todos ellos», asegura Nadal rearmado para lo que se avecina.

Moyá, entrenador de Raonic

De capitán de la Davis a entrenador de Milos Raonic. Carlos Moyá ejercerá de técnico del canadiense y releva en el puesto al croata Ivan Ljubicic, que se ha unido al grupo de trabajo de Federer. Raonic busca un revulsivo en su carrera y convertirse en algo más que uno de los mejores sacadores del circuito. Llamado a ser uno de los relevos de los grandes, con 25 años sigue sin explotar y en 2015 sólo fue capaz de sumar un torneo menor –San Petersburgo– en su palmarés. Moyá se estrenará con él en el Abierto de Australia.