Lisboa

¿Un Madrid sin Iker ni Diego?

El plan de su salida y la llegada de Keylor Navas y Casilla se ha pensado en el Madrid, aunque esa idea no se ha llevado a efecto

Iker Casillas y Diego López
Iker Casillas y Diego Lópezlarazon

El Bernabéu, al principio de la temporada pasada, era lo más parecido a un debate televisivo. Cada vez que al narrar las alineaciones se decía el nombre de Diego López, una parte de la grada aplaudía y otra parte, más numerosa, silbaba. Cuando llegaba el turno de Casillas, ocurría lo contrario. Todos los aficionados del Madrid querían mostrar su opinión: el estadio era la extensión de la discusión que se vivía también en twitter, donde los seguidores de Diego López y detractores de Casillas eran, esta vez, más numerosos. La polémica que fue tensa al principio, se apagó después, estuvo a punto de despertar en los malos momentos y acabó bien porque Ramos marcó en el minuto 93 y empató el error de Iker en la «Champions».

En el club no están dispuestos a que un debate similar contamine el ambiente del equipo esta vez. Una cosa quedó clara a mediados de temporada y ha seguido clara al final: esa polémica no podía volver a repetirse. Es decir, uno de los porteros debía irse para poner fin al asunto.

¿Uno? Ayer, Antena3 adelantó que son los dos los que pueden abandonar el club y según pudo saber este periódico esa idea ha rondado en el Bernabéu, aunque, no se ha concretado en nada. Ayer, Florentino Pérez, negó en un corrillo con los periodistas que fuese a suceder algo así. La idea que se ha estudiado contemplaba la llegada de Keylor Navas, del Levante, con una cláusula de 10 millones de euros y uno de los héroes de Costa Rica en el Mundial, sería el guardameta principal, mientras que Casilla, guardameta del Espanyol y que salió de la cantera del Madrid (que tiene el 50% de sus derechos), volvería al club y sería su suplente. Un cambio radical, el fin de un ciclo en la portería del Real Madrid.

Casillas fue el único futbolista de la final de Lisboa que había estado en la final anterior de Glasgow hace doce años. Aunque las dos veces lloró, no fue el mismo Casillas. El de aquel partido era un guardameta que sustituyó a César, joven y al que aún le tenía que llegar lo mejor. Tras una carrera de éxitos, el capitán que se presentó en Lisboa era un jugador más maduro, pero que había dado un paso atrás en el protagonismo del vestuario que ahora lidera Ramos. Su fallo ante el remate de Godín mostró a un portero con más dudas que antes y los dos partidos del Mundial, en vez de apagar las dudas, las han confirmado. Florentino Pérez le dijo al final de la temporada que el Madrid contaba con él. Pero hay que ver qué actitud toma Iker, qué ganas tiene de seguir. Sustituirle no es una tarea fácil, por lo que ha sido y por lo que representa. Casillas no es uno más y si éste es su final en el Santiago Bernabéu, se va a hacer con delicadeza.

Diego López es un asunto distinto. Aunque también canterano, su carrera en el Madrid no es como la de Casillas. El representante del portero, García Quilón, ya dijo hace meses que su intención era quedarse. Sabe que si sigue su papel no va a ser como el de este año. Ayer Diego López estuvo en el campus que lleva su nombre. No dijo nada. Ha sido muy discreto toda esta temporada, en la que ha tenido una relación correcta con Casillas. El pasado 13 de junio, su pareja publicó en Twiiter una foto de él haciendo ejercicio: «#sinperderlascostumbres #trabajoycostancia», decía. Nunca ha dejado de trabajar. Se dice que tiene una oferta del Nápoles. Sólo es una idea (revolucionaria), pero puede irse.