Consumo

10 consejos para ser un consumidor inteligente

La Razón
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Aquí te dejamos el decálogo de consejos y derechos que nunca debes olvidar para convertirte en un consumidor inteligente.

1) Compara para conseguir las mejores ofertas al mejor precio

Utilizar herramientas objetivas de comparación, como las que ofrece Kelisto.es, te permitirá contratar diferentes servicios (seguros, comunicaciones, finanzas personales y energía) al mejor precio. Además, podrás consultar información elaborada por expertos e interactuar con una gran comunidad de usuarios que te ayudarán a elegir las mejores ofertas y a comprender la letra pequeña. Con Kelisto.es podrás ahorrar hasta 4.240,72 euros al año que se distribuyen de la siguiente forma:

► Seguro de coche: hasta 302,94 euros

► Seguro de hogar: hasta 215,07 euros

► Seguro de salud: hasta 204 euros

► Seguro de vida: hasta 380 euros

► Seguro de moto: hasta 536,98 euros

► ADSL: hasta 171,96 euros

► Telefonía móvil: hasta 137,88 euros

► Hipoteca: hasta 1.382,04 euros

► Cuenta corriente: hasta 248 euros

► Préstamo personal: hasta 345,12 euros

► Tarjetas sin vinculación: hasta 51,84euros

► Electricidad: hasta 202,22 euros

► Gas: hasta 62,27 euros


2) El precio de los productos siempre debe incluir impuestos y tasas

Todos los productos y servicios que se oferten en un establecimiento deben mostrar su precio, con los impuestos incluidos. Tanto la etiqueta de una prenda de ropa como los platos que figuren en la carta de un restaurante o las tarifas de móvil que se anuncien en la web de una operadora deben mostrar el importe final (IVA incluido).


3) Los comercios deben informar de las formas de pago disponibles

Los establecimientos tienen libertad para elegir los medios de pago que aceptarán, pero la normativa les obliga a que informen claramente –en el interior o en el exterior- de si, por ejemplo, solo aceptan efectivo, o si se podrá pagar con tarjeta o cheques. En los pagos con tarjeta, solo se podrá limitar la cantidad a partir de la cual se puede usar el dinero de plástico si se informa correctamente al cliente mediante carteles visibles.


4) Guarda tus justificantes de pago

El ticket es la mejor garantía que tiene el consumidor, si necesita hacer un cambio o reclamar. En él debe constar el nombre del establecimiento, la fecha y el importe del producto o servicio adquirido. Es importante exigirlo al abonar una compra y comprobar que incluye información sobre la política de cambios y/o devoluciones del establecimiento.


5) Todos los productos tienen garantía

Cualquier producto que se adquiera dentro de la Unión Europea tiene una garantía gratuita de dos años. Si descubres un defecto en los seis primeros meses desde que se produjo la compra, no tendrás más que comunicárselo al vendedor, pero si se excede ese plazo, debes probar que el problema existía cuando lo compraste. La garantía extra que pueda ofrecer un vendedor o fabricante nunca podrá sustituir o acortar los dos años de garantía gratuita que establece la ley. Los productos de segunda mano también tienen su propio período de garantía: si la compra es a un profesional, se puede pactar un plazo inferior a los dos años, pero nunca menor a 12 meses. Si el vendedor fuera un particular, el período se reduce a seis meses.


6) El derecho a cambios y devoluciones puede variar según el establecimiento

Al comprar en una tienda física, el establecimiento no está obligado a cambiar el producto o devolver el dinero, a no ser que el producto no esté en perfecto estado, aunque la mayoría de las tiendas suelen aplicar esta política. En el caso de que compres un producto o servicio por Internet o teléfono, la ley establece que el consumidor tienen un “derecho de desistimiento” de 14 días, incluso si financia la compra. Están exentos los productos cuyo valor dependa del mercado financiero (las acciones de una compañía) o que hayan sido confeccionados a petición del consumidor (como una camiseta personalizada).


7) Siempre tienes derecho a reclamar

Cuando el producto que hayas comprado o el servicio que hayas recibido no te satisfaga, tienes derecho a presentar una reclamación. Todas las empresas deben disponer de un soporte duradero en el que realizar estas quejas, algo que habitualmente se materializa en las hojas de reclamaciones, que deben estar a disposición del consumidor cuando las solicite. Si no se le facilitan, puede acudir a una comisaría o al organismo de Consumo competente a interponer una denuncia, o solicitar la presencia de la Policía Municipal. De las tres copias que componen las hojas de reclamaciones (una para el usuario, otra para el organismo competente y otra para el establecimiento), siempre tendrás que quedarte con las dos primeras.

La segunda copia deberás presentarla (junto con la documentación disponible) ante el organismo municipal o autonómico competente para su tramitación y/o acudir al Sistema Arbitral de Consumo o la vía judicial si lo que desea es una compensación por los daños y perjuicios ocasionados. En algunos sectores, las reclamaciones tienen una tramitación particular. Por ejemplo, para productos bancarios hay que dirigirse a Atención al Cliente de la entidad. Si no da una respuesta (o la que de, no nos satisface), se debe acudir al Servicio de

Reclamaciones del Banco de España, que tiene seis meses para responder. Su veredicto no es vinculante, por lo que, al final, siempre se puede recurrir a la vía judicial. Para servicios de telecomunicaciones, se debe reclamar ante Atención al Cliente de la compañía y si pasado un mes no tiene respuesta, debes interponer la queja en la Oficina de Atención al Usuario de Telecomunicaciones.


8) Compra en comercios adheridos al sistema de arbitraje

El Sistema Arbitral de Consumo es una vía extrajudicial con la que podrás resolver las quejas o reclamaciones que presentes en un establecimiento. La principal ventaja es que no tiene coste para el consumidor y sus decisiones son vinculantes. Por tanto, es recomendable comprar en establecimientos que estén adheridos a este sistema. Para identificarlos, debes buscar el distintivo que lo acredite, que debe estar en un lugar visible, tanto en tiendas online como físicas.


9) Tus derechos en Internet son los mismos que en tiendas físicas

Tanto si acudes a un establecimiento físico como a una tienda online, debes saber que tus derechos se mantienen. Es más, en casos como las devoluciones, la protección de los usuarios se amplía cuando compran en Internet. Comprueba que lo que recibes llega en buen estado. En caso contrario, devuélvelo indicando el motivo o deja constancia en el acuse de recibo del mensajero de los daños.


10) En rebajas, tus derechos se mantienen

Una reducción en el precio no es sinónimo de una disminución de las garantías. Los establecimientos deben ofrecer los mismos sistemas de pago y la misma política de cambios y devoluciones que durante el resto del año. Nunca debes aceptar productos de peor calidad. La ley permite que se pongan a la venta productos de la temporada actual o de anteriores, pero no que se comercialicen productos defectuosos. En ese caso ya no se estarían ofreciendo “rebajas”, sino “saldos”.