Repsol mantiene el dividendo de 1 euro por acción pese a las pérdidas por los ajustes para ser una compañía cero emisiones

Tal y como era de esperar, Repsol registró un abultado resultado negativo en 2019. Unas pérdidas de 3.816 millones de euros que no son achacables a los negocios de la compañía sino al viraje estratégico que emprendió el año pasado. La firma se ha marcado el reto de ser cero emisiones en 2050, lo que le ha llevado a hacer unas provisiones con cargo a los resultados del pasado año principalmente en activos de «upstream» (exploración y producción) por valor de -4.849 millones de euros, mayoritariamente en EE UU y Canadá, tras asumir la compañía un escenario más bajo de precios de crudo y gas consistente con las previsiones de transición energética y los objetivos climáticos del Acuerdo de París. Adicionalmente, Repsol ha dotado una provisión de -837 millones por el arbitraje Addax, iniciado con Sinopec por los activos de Talisman en Reino Unido.

A pesar de este resultado, la compañía que preside Antonio Brufau va a mantener la retribución a sus accionistas, que se incrementó en un 5% y que alcanzará 1 euro por acción este ejercicio, según informó a la Comisión Nacional de Mercados y Valores (CNMV).

Durante el pasado ejercicio, Repsol registró un resultado neto ajustado de 2.042 millones de euros, un 13% inferior al de 2018. La compañía generó un flujo de caja operativo de 5.837 millones de euros, un 8% superior al de 2018. La generación de caja operativa fue superior a los pagos por inversiones, intereses, dividendos y al programa de recompra de acciones relativo al «scrip dividend» de 2019, según informó el grupo. La deuda neta del grupo a cierre de 2019 era de 4.220 millones, 781 millones superior a la de 2018 e impactada por una posición de autocartera de 81 millones de acciones a cierre de 2019.

Por áreas de negocio, el resultado neto ajustado de «upstream» de Repsol se situó en 1.050 millones, 275 millones inferior al del mismo periodo del año anterior debido a «unos menores precios de realización de crudo y gas y a una menor producción», según explicó. Esto fue parcialmente compensado por unos menores costes exploratorios y otros costes, la apreciación del dólar frente al euro y al impacto positivo de los impuestos sobre beneficios por un menor resultado operativo. En el área de «downstream» (química y refino), la petrolera registró un resultado neto ajustado de 1.456 millones, un 8% inferior al del mismo periodo del año anterior, resultado que la firma achaca a «unos menores resultados en los negocios de refino, química, GLP y comercialización de gas». Este desempeño fue parcialmente compensado por el mejor comportamiento de los negocios comerciales (movilidad y lubricantes), Trading, Repsol Perú y una contribución positiva por parte del negocio de electricidad y gas. En corporación y otros, el resultado neto ajustado fue de -464 millones, en comparación con los -556 millones de 2018. El Ebitda alcanzó 7.201 millones, un 5% inferior al de 2018.

Venezuela

Durante la conferencia con analistas para presentar los resultados, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha asegurado que el grupo llevará a cabo «todos los cambios que sean necesarios» en Venezuela para cumplir con la normativa de los países, aunque ha manifestado que la intención es mantener la actividad «sin incrementar» la exposición al país, que ya a finales de 2019 se ha visto recortada hasta los 239 millones. Imaz ha explicado respecto a la actual situación en Venezuela, sobre la que existe además un estrechamiento en la vigilancia por parte de EE UU a las empresas que realizan actividades en el país, que «el principal objetivo» pasa por garantizar la seguridad de sus trabajadores allí. Además, el consejero delegado de Repsol ha anunciado que la presentación de la nueva estrategia del grupo a 2025, tras el compromiso presentado el pasado mes de diciembre de ser una compañía cero emisiones neta en 2050, para el próximo 5 de mayo.