Agricultura

Patatas un 617%, alcachofas un 639%... así se disparan los precios de los alimentos del campo a la mesa

El índice de COAG constata que su coste aumenta 4,41 veces desde su origen hasta su destino

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Los procesos de lavado, empaquetado, etiquetado, almacenamiento, transporte y distribución multiplican por 4,41 veces el precio de los productos agrícolas en España. En su viaje desde el campo a la mesa, los precios agrícolas se multipliaron en febrero 4,78 veces (frente a 4,43 en enero) y los derivados de la ganadería, como la carne, huevos y leche, 3,02 veces (3,10) en enero, según el último índice mensual de precios en origen y destino (IPOD) que elabora la confederación Agraria COAG. En el caso de las alcachofas, patatas y calabacines sus precios rondaron un 700% más en la tienda que lo que recibe el que lo cultiva. El encarecimiento de los alimentos a lo largo de la cadena alimentaria repunta así tras dos meses precedentes de desaceleración en las subidas y coincide con las movilizaciones iniciadas a finales de enero por las organizaciones profesionales en protesta precisamente por los bajos precios que cobran agricultores y ganaderos en origen.

Las alcachofas protagonizaron la mayor diferencia en febrero, al multiplicarse por 7,39 su coste desde la cotización en el campo hasta el precio de venta al público en las tiendas, al pasar de 0,49 euros por kilo en origen y venderse en destino a una media de 3,62 euros por kilo. Por su parte, las patatas costaron en los lineales de las tiendas un 617% más que el precio pagado a los agricultores en el campo, con un precio de 0,18 euros por kilo en origen y venderse en destino a una media de 1,29 euros. Igualmente, los precios de los calabacines se revalorizaron 7,10 veces del campo a la mesa, pasando de los 0,31 euros en origen, hasta 2,20 euros en el punto de venta al público, un 610% más. Por su parte, ajos, brócoli, cebollas, repollos, mandarinas y naranjas casi sextuplicaron su precio desde el que percibió el agricultor en la granja hasta el que abonaron los consumidores en las tiendas. En el caso del brócoli, el precio pasó de 0,39 euros en orige a 2,71 euros en el campo, un 595% más.

Reequilibrar los eslabones

Precisamente, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, puso el foco en los “desequilibrios existentes entre agricultores y el resto de la cadena alimentaria” y el pasado 25 de febrero aprobó, por decreto ley, la reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria. La modificación establece la formalización por escrito de los contratos de venta en los que deben figurar los costes de producción; también queda prohibida la venta a pérdidas; tampoco podrán hacerse campañas de promoción engañosas “porque destruyen la reputación y el valor de los productos”, y los descuentos y promociones aplicados por las cadenas de distribución al consumidor “deberán ser asumidos por estas empresas y no se contabilizarán a la hora de calcular el coste”. Esta medida satisface, en parte, las reivindicaciones del campo español que reclama, aún, precios dignos, justos y razonables. Sin embargo, como explicó Miguel Blanco a LA RAZÓN, secretario general de COAG, “reequilibrar las fuerzas de los eslabones de la cadena no se hace de un día para otro”, lamentaba. Estas medidas a largo y medio plazo “están bien” pero el campo sigue necesitando con urgencia actuaciones a corto plazo que “corten la sangría” que vive el sector agrícola español, el cual ha perdido más de 80.000 cotizantes a la Seguridad Social en los últimos 10 años, advirtió Miguel Blanco.

Lo que no pudo explicar Planas es cómo evitará el Gobierno que el precio final se dispare y repercuta en el consumidor. “Si cada uno asumimos nuestra responsabilidad en el marco de la cadena, creo que es posible que los precios al consumidor no se incrementen y que al mismo tiempo exista una mejor redistribución para agricultores y ganadores”, insistió. Por su parte, COAG también afirmó que el precio de los alimentos no debería verse afectado por las medidas tomadas por el Gobierno. Sin embargo, los productos ya han sufrido un encarecimiento coincidiendo con el inicio de las protestas agrícolas y no se descarta que el incremento pueda continuar durante los próximos meses.