Bolsa

Qué son y por qué se han prohibido las ventas en corto

La CNMV ha puesto coto hoy a este tipo de operaciones especulativas sobre 69 sociedades

La Bolsa española se desinfla y reduce las ganancias iniciales al 3,93 %
Las bolsas mundiales se han hundido con la de Moscú cerradaFernando AlvaradoAgencia EFE

Los oportunistas vuelven a merodear por los mercados. Aprovechando la convulsa situación que viven los mercados como consecuencia de la incertidumbre que está generando la propagación del coronarivus, algunos inversores están tratando de sacar tajada con movimientos especulativos en forma de lo que se conoce como ventas en corto. Para frenar esta práctica y estabilizar los mercados, la CNMV ha prohibido este viernes las ventas en corto sobre acciones de 69 sociedades tras las caídas registradas en los mercados de valores por la incidencia de la pandemia. La decisión, que se adopta después de que el Ibex 35 se desplomara ayer más de un 14%, la mayor caída de su historia, afectará a todas las acciones líquidas cuyo precio haya retrocedido en más de un 10% durante la sesión de ayer y a todas las acciones ilíquidas que hayan registrado una caída superior al 20%, según informó a última hora de ayer la CNMV.

Cómo funciona una venta en corto

La generalización de operaciones en corto podría propiciar caídas todavía mayores en un mercado ya muy golpeado. Lo que hacen los “traders” que operan este tipo de ventas es, básicamente, apostar a que el precio de las acciones de una determinada compañía va a seguir cayendo. Para ello, toman prestadas las acciones (que no poseen) de la cuenta de su bróker, al que luego compensan con una determinada cantidad. Una vez tienen esas acciones en su poder, las venden en el mercado abierto al precio de mercado al que cotizan en es momento. Después, esperan a que la cotización de los títulos siga cayendo y las vuelven a comprar a un precio más bajo del que las vendieron. Con esta operación, se embolsan la diferencia entre el precio de venta inicial de las acciones y el coste de volver a comprarlas.

Por ejemplo, un “trader” toma prestadas 100 acciones de una firma y las vende a 2 euros cada acción, con lo que se embolsa en ese momento 200 euros. Después, si esos títulos bajan su precio hasta 1 euro, los puede recomprar por 100 euros, devolver las acciones a su dueño y embolsarse un beneficio de 100 euros, al que tendría que restar la comisión que le cobrasen por tomar prestadas las acciones. El riesgo para este tipo de operaciones es que las acciones, en lugar de profundizar sus caídas, se recuperen, lo que ocasionaría abultadas pérdidas al que hubiera ejecutado la operación de venta en corto.