Europa League
Retos del siglo XXI tras una pandemia de tintes bíblicos
La Comisión Europea prepara medidas de reconstrucción económica basadas en la lucha contra el cambio climático y la digitalización
Los destrozos ocasionados por la pandemia del coronavirus cambian de manera vertiginosa cualquier previsión sobre el futuro de la economía europea y las inversiones en infraestructuras. A pesar de esto, el ejecutivo comunitario pretende que el marco financiero plurianual 2021-27 se convierta en el instrumento clave para hacer frente a la recuperación económica, el denominado Plan Marshall que piden muchas capitales, empezando por Madrid.
De esta manera los presupuestos europeos nutrirían un Fondo de Recuperación con el objetivo de que la economía salga de las tinieblas ocasionadas por el coronavirus. En la misma línea, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, también defiende que la reconstrucción económica se base en los pilares que ya habían sido esbozados en la propuesta de la Comisión: transición energética para lograr la neutralidad climática en el año 2050 (0 emisiones de gases con efecto invernadero) y digitalización de la economía europea a través de infraestructuras de banda ancha para conseguir internet de alta velocidad.
Prácticamente todas las partidas deben estar teñidas de estas prioridades. Mismo instrumento, mismos objetivos pero diferente ambición ya que Bruselas está preparando una nueva propuesta para que los fondos de este marco presupuestario puedan apalancarse con el objetivo de movilizar entre 1,5- 2 billones de euros que se repartan entre los países más afectados por la pandemia, en una fórmula mixta entre préstamos a inversiones a fondo perdido. Unos detalles que siguen dividiendo a las capitales europeas que ya antes del brote del coronavirus, se mostraron incapaces de llegar a una acuerdo sobre la anterior propuesta del ejecutivo comunitario.
En este documento, Bruselas apostaba por utilizar hasta una cuarta parte del presupuesto europeo en la lucha contra el cambio climático lo cuál incluye las infraestructuras a favor de energías limpias y también planteaba la movilización de hasta 650.000 millones de euros -entre fuentes públicas y privadas- a través del programa de inversiones Invest EU, el sucesor del antiguo plan Juncker, bautizado así ya que fue una de las iniciativas estrella del antiguo presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker. Este programa se dedica a financiar proyectos de diferente tipo, con el presupuesto europeo como garantía, con el objetivo de que el sector privado obtenga préstamos blandos, con la colaboración también del Banco Europeo de Inversiones.
Infraestructuras sostenibles
Aunque las iniciativas que sufraga esta programa son de diferente índole, gran parte del pastel está destinado a las denominadas infraestructuras sostenibles. Las filtraciones sobre la nueva propuesta que prepara el ejecutivo comunitarios para antes del 6 de mayo podrían incluso duplicar esta cifra inicial. Bruselas diseñó en el periodo presupuestario 2014-20 una red de nueve corredores multimodales europeos que deben estar operativos en el año 2030, con el objetivo de que el 27% del tráfico de mercancías en Europa circule por vía ferroviaria, lo que redundaría en el aumento de la productividad y ahorro energético. Durante el actual periodo presupuestario, se estableció una financiación de 29.300 millones de euros para el programa Conectar Europa, en aras de que el 40% del dinero proviniese de las arcas comunitarias.
Corredor Mediterráneo
En España el ferrocarril mueve tan sólo el 4% y 5% de mercancías hacía Europa frente a otros países como Francia (18%) o Italia (11%). Por eso resulta clave la financiación europea para el Corredor Mediterráneo (3.500 kilómetros desde España a Hungría) que recibióel estatus de proyecto prioritario así como el corredor Altántico que incluye trazados desde Algeciras a Madrid, Lisboa y Burdeos.
En la propuesta de la Comisión para el nuevo periodo se mantiene el mecanismo denominado Conectar Europa financiado con 42.300 millones de euros y que tiene como meta conseguir integrar el transporte, la descabornización de la economía europea y la tecnología avanzada en el equipamiento de las redes transeuropeas. Entre los objetivos de este programa, se encuentra la creación de una red de infraestructuras de recarga de combustibles alternativos , la adaptación de las redes de transporte al doble uso civil y militar, la integración de energías renovables o la interoperabilidad de las redes. El mecanismo conectar Europa incluye una partida de 3.000 millones de euros para la creación de redes de banda ancha de muy alta capacidad para permitir el despliegue de servicios digitales, lo que incluiría a hospitales, centros médicos, escuelas y centros de investigación y el despliegue de las redes 5G. Esta conectividad inalámbrica también incluiría a las comunidades locales como ayuntamientos.
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