Los ganaderos, contra las ayudas: “Cobraremos poco y muy tarde”

La aprobación por el Gobierno del Real Decreto con las ayudas al ovino y caprino, pasados un mes y dos días desde que se anunció a bombo y platillo, ha provocado un gran malestar entre los ganaderos y también en las comunidades. Por un lado, las organizaciones agrarias han calificado la ayuda de claramente insuficiente, cuando no de limosna. El Ministerio de Agricultura dedicará a este apoyo excepcional, el único que se ha adoptado en España para hacer frente a la crisis del coronavirus en el sector agrario, 10 millones de euros, con un límite máximo por explotación de 1.200 euros, aunque serán muy pocas las que puedan recibir más de 600 euros por la escasa partida presupuestaria. Ese dinero no llegará al bolsillo de los beneficiarios hasta dentro de bastantes meses, durante el último trimestre del año. «Además de poco, cobraremos muy tarde». Con estas palabras resumía un ganadero castellano su opinión.

Pero la adopción de esta medida ha abierto también una crisis con las autonomías donde el ovino y caprino tiene más peso. El Ministerio indicaba en su nota que los Gobiernos regionales podrían complementar esa ayuda del Estado hasta alcanzar los 25.000 euros por explotación durante tres años fiscales. Al conocer eso, los ganaderos pidieron a sus consejeros de Agricultura que pusieran fondos adicionales. Sin embargo, la realidad es diferente, porque el tope de los 25.000 euros es el máximo que se puede recibir en una explotación en concepto de ayuda de «mínimis» según la normativa comunitaria y abarca a todos los sectores, no solo al ovino y caprino. El Ministerio pone como mucho 1.200 euros y pretende que las comunidades aporten hasta 23.800 euros. Es la teoría de Luis Planas.