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Macroeconomía

El dinero huye de Brasil

La fuga de capitales ronda los 20.000 millones de euros desde la llegada del virus al gigante suramericano mientras Bolsonaro niega la pandemia

Pandemia COVID-19 en el cementerio Vila Formosa de Sao Paulo
Vista aérea este martes desde un dron, de nuevas fosas abiertas para enterrar a las víctimas mortales de la pandemia COVID-19 en el cementerio de Vila Formosa, el más grande de América Latina, en Sao Paulo (Brasil)PAULO WHITAKEREFE

Brasil se ha convertido en epicentro suramericano de la pandemia. Con el virus campando a sus anchas, de norte a sur, por todo el continente, el gigante latinoamericano acumula casi 400.000 contagios, el segundo país del mundo con más casos tras Estados Unidos, y 24.512 muertes, mientras su presidente, Jair Bolsonaro, sigue negando las evidencias, pese a que las camas de los hospitales privados han sido “nacionalizadas” y cada vez más países cierran sus puertas a la entrada de brasileños, entre ellos el propio EE UU. El creciente impacto del virus en un país desbordado con 211 millones de habitantes, el 85% viviendo en núcleos urbanos, con 12 millones en Sao Paulo y 7 millones en Río de Janeiro tiene además una consecuencia en la fuga de capitales, que se ha acrecentado en los últimos meses.

La inversión extranjera directa en Brasil se desplomó desde los 4.700 millones de euros en abril de 2019 hasta 213 millones de euros el pasado mes, la menor cifra para este mes desde 1995, según el Banco Central. Los recursos de los foráneos también se esfumaron en la bolsa de Sao Paulo, de la que los inversores extranjeros retiraron en abril 5.070 millones de reales (unos 860 millones de dólares) tras haber sacado en marzo 24.210 millones de reales (unos 4.000 millones de euros). En lo que va de año, los inversores extranjeros han retirado 12.000 millones de euros de la bolsa paulista.

Quince semanas con el PIB en caída libre

Según el Credit Default Swap (CDS), el índice de riesgo país de Brasil ha subido este año más del 220% mientras que el real brasileño se convirtió en la divisa más devaluada del mundo. El propio Banco Central de Brasil lleva 15 semanas consecutivas rebajando sus previsiones sobre la economía. En su último vaticinio, la entidad ha estimado que el Producto Interior Bruto (PIB) del país sufrirá una contracción del 5,89% este año. La semana pasada, el informe proyectaba una contracción del 5,12% para este año, mientras que hace un mes la previsión era de una caída del 3,34%.

Respecto a otras proyecciones, el banco estima que los tipos de interés de Brasil, medidos por la ‘tasa Selic’, se situarán en el 2,25% para este año, lo que supone el mismo pronóstico que la semana anterior. En la actualidad, los tipos de interés se sitúan en un 3%. En cuanto al Índice de Precios del Consumidor (IPCA), la entidad proyecta un 1,57% frente al 1,59% de la semana pasada. La tasa de cambio entre el real brasileño y el dólar estadounidense apunta a una diferencia de 5,40 reales brasileños por cada dólar estadounidense.

Las previsiones para 2021 indican que el PIB del país crecerá a un ritmo del 3,5%, frente a las previsiones del 3,2% de la semana anterior. El IPCA del país para el año que viene se situará en el 3,14%, según el organismo. La tasa de cambio entre el real y el dólar se situará en 5,03 reales por cada dólar, mientras que el objetivo de la ‘tasa Selic’ estará en el 3,29% para 2021. Por último, el Banco Central de Brasil proyecta un crecimiento del PIB del 4,8% y del 2,5% para 2022 y 2023, respectivamente.

La evolución de la economía brasileña depende mucho de la que corra el virus en Sao Paulo, cuya conurbación cuenta con casi 46 millones de habitantes, un 22% de la población, donde el confinamiento no ha alcanzado el anhelado 70% y la epidemia sigue volando por las calles, especialmente en las favelas más humildes y entre la población negra.