Crisis
Bruselas pronostica una ola de «quiebras» masivas en España
Eleva al 5,6% su previsión de crecimiento para España, lejos del 7% del Ejecutivo
A España le favorece la ley del péndulo. Después de registrar la caída más acusada de la zona euro en 2020 con una severísima contracción del 11%, la economía española se situará en cabeza de la zona euro el año que viene con un crecimiento del 5,6%, dos décimas más de lo previsto en otoño. Estos son los vaticinios de Bruselas presentados ayer, que confían en la recuperación del turismo como motor del crecimiento de la economía española, aunque alertan también de la oleada de quiebras que sufrirán las pequeñas y medianas empresas. Una amenaza que llegará a materializarse cuando terminen las medidas de soporte actuales para proveer de liquidez.
Aunque los cálculos de Bruselas son más optimistas que en el pasado, siguen lejos de los parámetros previstos por el Ejecutivo español, que confía en una subida el 7% este año, lo que supone una brecha de 15.000 millones de euros entre ambas previsiones.
La Comisión Europea es prudente porque, entre otros factores, no ha tenido en cuenta el impacto del plan de reconstrucción europeo del que a España le corresponden 140.000 millones de euros entre subvenciones y préstamos blandos. El maná europeo comenzará a fluir a partir de la segunda mitad del año, si todo va según lo previsto y España recibe la luz verde a su plan de inversiones y reformas.
Los contactos entre el Gobierno de Pedro Sánchez y la Comisión Europea se han intensificado a lo largo de las últimas semanas pero aún quedan los aspectos más peliagudos como la reforma del mercado laboral y la sostenibilidad de las pensiones. «La cooperación está yendo en la buena dirección», aseguró ayer en rueda de prensa el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, aunque evitó dar una opinión concluyente.
A pesar de la lentitud de la campaña de vacunación europea, el incremento de casos y las medidas de confinamiento que están lastrando el crecimiento económico en los primeros compases del año, Bruselas confía en la luz al final del túnel durante la segunda mitad de este 2021 en el conjunto del club comunitario. Según explicó Gentiloni, la Comisión Europea cree que a finales de 2021, las restricciones para contener el virus serán ya residuales en los Estados miembros. Si la campaña de vacunación resulta exitosa, se espera que en 2022 la economía europea vuelva a los niveles que tenía antes de la pandemia.
En cuanto a España, los destellos esperanzadores del tercer trimestre de 2020 tras la progresiva desescalada de la economía fueron contrarrestados con los rebrotes posteriores, lo que no impidió que el ejercicio terminara con un último trimestre en terreno positivo, con una ligera subida del 0,4%. En ese sentido, Bruselas destaca que las restricciones tras los rebrotes de los meses de estío puestas en marcha por las comunidades autónomas se han aplicado de una manera menos severa que en otros países europeos
La Comisión confía en el auge del turismo, aunque no de una forma tan vigorosa como para recuperar el terreno perdido durante el catastrófico 2020. «Una suave recuperación del turismo internacional debería hacer que las exportaciones crezcan más rápido que las importaciones y generen una contribución positiva al crecimiento de las exportaciones netas en 2021», aseguran los técnicos comunitarios.
Estos parámetros permitirán el repunte económico del 5,6% para este año y que el año que viene esta cifra se sitúe en el 5,3%. En cuanto al año que viene, Bruselas confía en que el turismo «coja impulso».
Riesgos
Pero estos buenos presagios en un sector clave de la economía española quedarán oscurecidos por el triste destino de muchos negocios, sobre todo si las medidas extraordinarias para proporcionar liquidez tocan a su fin. «Un riesgo a la baja, sin embargo, es el de un aumento de las insolvencias empresariales, concentradas principalmente en los sectores más afectados por las restricciones de actividad, que se materialice a medida que se reduzcan las medidas de apoyo. Esto podría generar un aumento del desempleo y reducir la capacidad productiva», asegura el documento desvelado ayer.
Fuentes comunitarias reconocen su preocupación por el tejido productivo español, formado en gran parte por pequeñas y medianas empresas con escaso margen de maniobra. Las mismas fuentes señalan que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha tomado menos medidas en este sentido que otros estados europeos, pero recuerdan que el Gobierno español está preparando más acciones.
La Comisión Europea ha prolongado hasta finales de este año su bula para que los gobiernos europeos puedan salir al auxilio de las empresas. Bruselas también ha flexibilizado esta regulación para que los créditos puedan convertirse en ayudas a fondo perdido, con el objetivo de que este dinero se emplee en procesos de reestructuración y se evite la quiebra de empresas.
Fuentes del ministerio de Economía no dan demasiados detalles sobre posibles nuevas medidas en esta dirección, pero apuntan a la necesidad de encontrar un «fino equilibrio» para rescatar a aquellas empresas que sean realmente viables.
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