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Transición energética

Las nucleares operan a pérdidas y piden rebajas fiscales

El sector afirma que el 38% de ingresos que queda tras impuestos no cubre los gastos

Barriles de desechos nucleares frente a una central nuclear FRANK LEONHARDTEFE

El mapa eléctrico español afronta una incierta revolución en los próximos años que fulminará no solo el carbón sino la energía nuclear, el comodín del sistema. Y es que aunque la eólica es ya la tecnología de generación eléctrica reina en España, superando a los ciclos combinados de gas, fuente de generación de respaldo cuando no tiran ni el viento ni el sol y en ausencia de las centrales de carbón, y la hidráulica convencional se mantiene como la tercera tecnología con mayor capacidad instalada, la nuclear, sexta por capacidad, es la tecnología que habitualmente más electricidad produce.

En estas circunstancias, el sector reclama apoyo ante la situación que viven las centrales. El Foro de la Industria Nuclear ha reclamado al Gobierno que rebaje la presión fiscal a la que el sector está sometido y que ha llevado al parque nuclear español en 2020 a funcionar «por primera vez» con un flujo de caja operativo negativo, algo que para su presidente, Ignacio Araluce, es «insostenible».

Araluce explicó en un reciente encuentro informativo que si el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) prevé que la nuclear seguirá siendo «necesaria» durante unos años, tiene que ser «viable» y, por tanto considera que lo que el Ejecutivo no puede pretender que las centrales, gestionadas por empresas privadas, sigan operando «por amor al arte».

La patronal nuclear señala que con el 38% de ingresos que quedó en 2020 después de pagar impuestos, las centrales «no han podido» cubrir sus costes operativos. La suma de impuestos y tasas que grava la generación eléctrica nuclear ha supuesto el 61% de los ingresos del mercado en 2020. Por ello, es «necesaria una reducción de la presión fiscal a la que está sometida la energía nuclear». «Es necesaria, por tanto, una revisión de los impuestos y tasas que gravan la generación nuclear, algunos de ellos solapados, para hacer sostenible lo contemplado en el PNIEC», sostiene la patronal.

Araluce asegura que la presión fiscal al sector no ha dejado de aumentar en 2020 mientras otras tecnologías disfrutaban de trato diferenciado. Sin embargo el responsable del Foro Nuclear ha planteado soluciones como las que se están explorando en Francia, donde se está buscando establecer un precio fijo a esta tecnología, o la pactada por mayoría en el Parlamento británico para la futura la futura central de Hinkley Point, que establece un precio de 105 euros por megavatio hora (MWh). «Los franceses están en ese camino, que también podría servir para España. Soluciones hay lo que hace falta es voluntad de querer resolver el tema», indicó.

El sector considera que aunque en 2020 concurrieron circunstancias excepcionales y que en alguna ocasión se puede perder dinero, esta situación no puede convertirse en «estructural o endémica», puesto que entonces se pondría «en jaque» la viabilidad del negocio, un aspecto que es «fundamental para su persistencia».

La nuclear es «bastante imprescindible de momento» en el mix energético español, según Araluce, algo que en su opinión quedó demostrado con el temporal «Filomena» ya que si no hubieran operado las nucleares hubiera sido muy difícil sostener la situación energética.

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