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Caledonian: ingeniería e innovación al servicio de la eficiencia

La firma obtiene el galardón a la Construcción Sostenible en los Premios Comunidad de Madrid de LA RAZÓN

Enrique López Granados, presidente de Caledonian, tras recibir el premio
Enrique López Granados, presidente de Caledonian, tras recibir el premioCipriano Pastrano/Rubén Mondelo

Caledonian es una firma muy poco común en el sector de la construcción, porque se trata de una promotora con estudio de arquitectura e ingeniería y con constructora. «Suena raro pero es nuestra fórmula: encargamos los proyectos a los mejores estudios de arquitectura. Trabajamos con ellos mano a mano para fusionar funcionalidad y diseño e incorporamos el ’'know how’' que tenemos como promotores. En el proyecto incorporamos las últimas tecnologías. La ingeniería de las casas es nuestro fuerte y nuestro ADN, estar a la última. Finalmente, construimos nuestras propias obras, porque es la única manera de que se respeten nuestras prescripciones. No construimos para terceros», dice Enrique López, presidente de la firma.

El círculo se cierra tras la entrega: son la promotora y «disfrutamos de nuestros éxitos, pero sufrimos nuestros errores en nuestra carne, y esta retroalimentación es muy valiosa», cuenta López. Este ingeniero industrial se graduó en 1988 en Columbia (EE UU). «Después de unas vueltas que incluyeron fabricar muebles artesanos en Calcuta, trabajé con mi padre seis años en Single Home, nuestra empresa familiar», detalla.

Su filosofía es la excelencia, de ahí que cuenten con técnicos en todas las áreas de sus desarrollos: desde los que diseñan los edificios hasta los ingenieros que tienen que hacer que estos funcionen, hacer la «casa» bien. Eso es como logran estar sustancial y manifiestamente por delante del resto. «Es una cuestión de esfuerzo, de ’'know how’' y de sacrificios. En ese orden. Por sacrificio me refiero a que la excelencia es a veces a costa de un beneficio más inmediato. Pero en Caledonian pensamos que este principio “nos renta”, como dicen ahora los jóvenes. Para que se hagan una idea, somos 20 ingenieros y arquitectos dedicados a hacer menos de un proyecto al año. Parece una exageración pero es el coste de la excelencia», argumenta el presidente de la empresa.

Calidad final

El resultado final define la calidad del edificio: si por ejemplo en una planta da mucho sol a una determinada hora y algunos usuarios tienen demasiado calor, mientras otros pasan frío, es que la construcción no es buena, no está bien planteada y ejecutada. Por eso, en Caledonian piensan cada proyecto con la «inteligencia del botijo», es decir, definiendo cuáles son las medidas pasivas (como la orientación o los materiales) más adecuadas para la ejecución y cuáles son las activas. De hecho, la firma ha sido galardonada en el pasado por el uso de sistemas domóticos en sus proyectos (de control de temperatura, etc).

«Lamentablemente nuestro sector está ocupado por empresas dirigidas por financieros. No hay ’'know how’' de promoción ni de construcción. La verdad es que es una pena, porque lo sufre el consumidor. Creo que el mercado necesita un producto de mucha más calidad de la que se ofrece. Es una situación estática; el público no conoce ni puede comparar, porque todo el producto está al mismo nivel. Solo cambian los acabados», opina López.

La firma ha recibido otros muchos premios, como el Longworth a la mejor domótica residencial, íntegramente concebida y mandada fabricar por ellos. A este se añaden reconocimientos internacionales de diseño, y han sido finalistas en el WAF compitiendo contra otros proyectos de todo el mundo. Ahora reciben el galardón a la Construcción Sostenible. «Desde hace años solo hacemos proyectos con certificación Leed; antes oro y ahora platino. Nuestro último proyecto, el que estamos haciendo en Javier Ferrero, es el edificio residencial más ecológico de la Comunidad de Madrid: el mejor aislado, el que menos energía gasta, el más eficiente porque cuenta con geotermia, suelo radiante y techo frío y genera su propia energía. Todo esto es especialmente positivo si se tiene en cuenta que se trata de un proyecto de transformación de construcciones que eran industriales y su rehabilitación para viviendas», concluye López.