Seguros

Los confinamientos y el teletrabajo disparan el fraude al seguro en el hogar un 18%

La tasa de fraude al seguro en España crece hasta el 2,2% en 2020, según un estudio de AXA. Los intentos de fraude podrían duplicarse en los próximos meses por la crisis económica

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Logo de la compañíaARND WIEGMANNREUTERS

La tasa de fraude al seguro detectada en España, la que corresponde a siniestros fraudulentos entre el total de siniestros declarados, mantuvo su tendencia ascendente de los últimos años y creció cuatro décimas, desde el 1,9% hasta el 2,2% en 2020, según recoge el VIII Mapa AXA de Fraude al Seguro. El informe advierte de que la pandemia y la crisis económica que lleva aparejada generarán un aumento de los casos de fraude al seguro, que podrían llegar a duplicarse, como ocurrió en los años posteriores a la Gran Crisis Financiera de 2008, en los que intentos de fraude al seguro se multiplicaron por dos. Solo en 2020, los pagos indemnizatorios fraudulentos evitados en todos los ramos –Vida y No Vida, Particulares y Empresas– sumaron 67 millones de euros, lo que supone un incremento del 2% con respecto al año anterior.

Una de las consecuencias relacionadas con el coronavirus y con las medidas de confinamiento y el teletrabajo fue el fuerte crecimiento de los intentos de fraude en el hogar, que en 2020 aumentaron un 18%. Concluyen en el estudio que “el confinamiento al que se ha visto sometida la población española desde el inicio de la pandemia ha influido en este hecho” y destaca entre las prácticas más habituales “la presentación de facturas falsas a la hora de indemnizar un siniestro, la falta de mantenimiento de los bienes del hogar o el aprovechamiento de eventos climatológicos reales para generar siniestros falsos”.

Según explicó el director de siniestros de AXA España, Arturo López-Linares, durante la presentación, “aunque la inmensa mayoría de los clientes son honestos”, algunas personas que atraviesan dificultades económicas “pueden verse tentadas a cometer un fraude al seguro, algo que, debido a las técnicas periciales, es hoy más difícil que nunca”. En este sentido, los pagos indemnizatorios fraudulentos evitados en todos los ramos ascendieron un 2%, hasta 67 millones de euros en 2020. Para AXA, este repunte del fraude se produce “en uno de los contextos sociales y económicos más complejos de la historia reciente” , ya que la crisis económica ocasionada por la pandemia ha creado un “caldo de cultivo” que seguirá amentando los casos de fraude al seguro.

La aseguradora identifica cuatro tipos de fraude: el ocasional, que aprovecha un siniestro leve para “colar” otro que no está cubierto por la póliza, y que concentra el 53% de los casos y cuesta de media unos 600 euros; el planificado, con un 45% de los casos y unos 3.000 euros; el organizado, cometido por bandas mafiosas, que es el más caro aunque el importe ha bajado de 220.000 a 160.000 euros en 2020; y el más novedoso “y el último en llegar” -destacó López-Linares, el fraude digital, el que más rápido evoluciona y preocupa a los responsables de siniestros, ya que ofrece muchas posibilidades de engaño, no solo de forma documental, sino en videoperitaciones.

El mayor porcentaje de fraude lo sigue aglutinando el seguro de auto, con más de la mitad de los casos. Más del 87% de los casos de este ramo estuvieron relacionados con supuestos siniestros que tuvieron lugar durante la circulación del vehículo (20 millones de euros), por lo que la reducción de la movilidad durante el confinamiento de la primera ola de Covid-19 no tuvo un gran efecto, como cabría esperar.

En el segmento de multirriesgos, el 28% de los casos de fraude adujeron daños por agua, lo que AXA atribuye a los grandes fenómenos climatológicos, como la borrasca Gloria. Eso supone, 10 puntos porcentuales más que el año anterior. Los de daños eléctricos se redujeron al 17% en este segmento, pero no así en el de diversos, en el que fueron los que más intentos de fraude aglutinaron -más del 20% de los casos-, seguidos de los atmosféricos (19%) y los daños por agua (12%).

El informe de AXA advierte de que la detección de casos de fraude tiene “un impacto importante” en la prima que pagan los asegurados por sus pólizas. Así, los pagos evitados el pasado año por casos de fraude y que no fueron repercutidos en el resto de los asegurados supusieron un ahorro del 32% en el seguro de responsabilidad civil o del 19% en los casos de transportes y embarcaciones. Este ahorro fue del 4% para los clientes de auto y del 6% para los de hogar. El director de siniestros de la compañía recordó que algunos de estos fraudes se resuelven económicamente, pero otros conllevan penas de cárcel.

El mapa del fraude elaborado señala las regiones con mayor y menor porcentaje de la tasa de fraude. La primera en este negativo se ha situado Melilla, con un 9% de los casos -lo que dado su bajísimo porcentaje poblacional con respecto al resto implica un porcentaje enorme-, Andalucía (3,41%) y Cantabria (3,39%), mientras que las comunidades con tasas inferiores son Madrid (1,21%, País Vasco (1,45%), Castilla-La Mancha (1,79%) y Cataluña (1,79%). Por otro lado, el incremento de la tasa de fraude al seguro fue mayor en Melilla (del 4,12% al 9,07%), Ceuta (del 1,72% al 2,62%), Andalucía (del 2,87% al 3,41%) y Murcia (del 2,67% al 3,18%), mientras que las únicas que redujeron sus tasas de fraude en 2020 fueron Cantabria y Baleares.