Análisis

No recaudaremos lo mismo que Europa

Aspirar a recaudar lo mismo que Europa sin masacrar a impuestos a todos los españoles no es posible. Mejor ni intentarlo

Empleados dentro de una oficina de la Agencia Tributaria
Empleados dentro de una oficina de la Agencia TributariaCézaro De LucaEuropa Press

Es habitual que nuestra clase política prometa elevar la presión fiscal de España hasta equipararla con la de Europa. Y es que, en efecto, el conjunto de la Eurozona obtiene una recaudación impositiva equivalente al 40,5% del PIB, mientras que España apenas es del 34,8%. Dicho de otra forma, existe una brecha de 5,9 puntos de ingresos fiscales con respecto al resto de países europeos, unos 65.000 millones de euros que, si formaran parte de las arcas de las Administraciones Públicas, permitirían financiar buena parte de la expansión del tamaño del Estado que ambicionan las formaciones de la izquierda patria.

Baste con recordar que el gasto público anual en Sanidad ronda actualmente esos 65.000 millones, de modo que cerrar nuestra brecha con Europa permitiría duplicar nuestro gasto sanitario (o, alternativamente, aumentar en un 150% el gasto educativo).

Sin embargo, alcanzar ese objetivo no es ni mucho menos tan sencillo como prometerlo. Esencialmente por dos motivos. Por un lado, porque una parte considerable de nuestro diferencial se debe a la más gravosa fiscalidad sobre el consumo que soportan nuestros vecinos continentales. España es uno de los países de la UE que menos recauda por IVA (y en otros impuestos especiales), de modo que equipararnos con Europa pasa por elevar el IVA (y otros impuestos especiales), algo no especialmente popular entre unos ciudadanos a los que se les prometen múltiples dádivas estatales a coste cero. Por otro lado, porque el resto del diferencial se explica por nuestra menor recaudación dentro del IRPF. Pero, al contrario de lo que suele creerse por la opinión pública y divulgarse por los medios de comunicación, esa menor recaudación no se debe a que los ricos paguen muchos menos que en otros países de la UE, sino a que nuestros ingresos medios son más bajos. Recordemos que el IRPF es un impuesto progresivo en el que el tipo marginal va aumentando con el nivel de renta. Eso significa que, cuanto más elevados sean los ingresos medios de una sociedad, mayores serán los tipos medios en el IRPF que soportarán. Por ejemplo, supongamos un IRPF con dos tramos: 10% hasta 10.000 euros y 30% a partir de 10.000 euros. Un trabajador que gane 10.000 euros pagará 1.000 en impuestos (tipo medio del 10%); en cambio, uno que gane 30.000 euros pagará 7.000 euros en impuestos (tipo medio del 23,3%). Si en una economía preponderan los trabajadores que ganan 10.000 euros, el tipo medio de ese IRPF estará cerca del 10%; si preponderan los que ganan 30.000, estará cerca del 23,3%. Todo ello con la misma escala de IRPF. Por eso Alemania o Francia recaudan más que nosotros: no porque su IRPF sea mucho más alto, sino porque sus ingresos medios son más elevados.

Aspirar a recaudar lo mismo que Europa sin masacrar a impuestos a todos los españoles no es posible. Mejor ni intentarlo.