Frenazo económico

Impuestos o muerte

Industrias que paran, inflación récord, electricidad desbocada, supermercados con lineales vacíos, más presión fiscal... ¿Venezuela o España?

Hay gobernantes a los todo se les tuerce más por su propia inercia que por el tuerto que los mira. Y es que Pedro Sánchez, a quien hasta en su propia casa socialista le tienen por gafe, ha agotado hasta el lomo de su «Manual de Resistencia» por empeñarse en apostar por la vía bolivariana y ya apenas le quedan balas en la recámara con las que parapetarse en las trincheras de La Moncloa.

Cierto es que, desde la moción de censura con la que agarró el poder, poco le ha salido: elecciones diseñadas para triunfar que acaban en fiasco, pandemias, inflación récord y ahora una guerra en la que sus compañeros de Gobierno van (lo digan en público o desde lo más profundo de su corazoncito) con el enemigo del «mundo libre», entendido ese mundo por el que no invade países ni bombardea a civiles ni mi casa o la suya. Un mundo libre que no persigue a quien piensa diferente, a los disidentes, a los homosexuales...

Pero al margen de ese mal fario que se ha instalado en palacio y que ha llevado a Sánchez a perder su aura, el Gobierno no da una a derechas, léase el doble giro. Por acción o inacción, España se parece cada día más a la Venezuela bolivariana, pero sin petróleo.

La inflación va camino de los dos dígitos desde hace meses, con una evolución meteórica desde el 2,7% de mayo de 2021 hasta el 5,5% de octubre y noviembre y el 6,5% de diciembre.

Los precios de la energía, tanto de la electricidad como del gas natural, no dan tregua y las fábricas electrointensivas –metalúrgicas, químicas, siderúrgicas, papeleras...– tienen que parar porque no soportan los costes de producción.

Las soluciones que propone el Gobierno –desvincular el gas a la fijación del precio del megavatio pese a que lo han convertido en la materia prima comodín para respaldar el sistema, otro hachazo a las eléctricas y un precio tope de 180 euros en pleno «rally»– solo pueden llevar a los apagones. Más chavismo.

Ahora, vemos imágenes de lineales de los supermercados que aparecen vacíos por la huelga del transporte que el Gobierno imputa ¡a la extrema derecha! Y mientras... nada de bajar impuestos a la clase trabajadora, un 7% más de funcionarios, que cobran 1.000 euros más de media al mes que los trabajadores del sector privado, más impuestos... ¿Les suena? Más chavismo.