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La transformación «verde» del cielo europeo comienza en España

La tecnología de Indra es clave para mejorar la gestión del tráfico aéreo y reducir emisiones de CO2

La UE quiere reducir las emisiones de CO2 de la aviación en un 55% en 2030 y lograr la neutralidad en carbono en 2050
Ein Verkehrsflugzeug durchfliegt die Lücke im Blätterdach eines Laubwaldes im Sommer (All logos and legal identifiers are removed as you requestet)Frank WagnerGetty Images/iStockphoto

Cuando el volumen de vuelos en todo el mundo retoma, y en algunos lugares supera, los niveles prepandemia, cobra de nuevo relevancia el objetivo de la UE de reducir las emisiones de la aviación un 55% en 2030, respecto a 1990, y lograr la neutralidad en carbono para 2050.

Además de renovar las flotas de aviones y utilizar nuevos combustibles, según un Think Paper publicado por Eurocontrol en mayo, las mejoras en la gestión del tráfico aéreo podrían suponer una nada despreciable reducción de entre el 8,3 y el 12% en las emisiones de CO2.

Y es ahí, donde España, de la mano de Indra, juega un papel fundamental. La tecnológica es uno de los grandes líderes mundiales en sistemas para la gestión del tráfico aéreo (ATM), con más de 5.900 instalaciones desplegadas en más de 180 países. Su tecnología participa en la gestión de un 25% del espacio aéreo mundial y vela por la seguridad del 85% de los pasajeros.

Su liderazgo, que mostrará la próxima semana en Madrid en el World ATM Congress, es aún mayor en Europa, donde es socio tecnológico de iTEC, una alianza en la que trabaja para hacer realidad el Cielo Único Europeo junto a los proveedores de servicios de navegación aérea de Reino Unido, Alemania, Noruega, Polonia, Lituania, Países Bajos y España.

Líder en sostenibilidad en el mundo de su sector, según el prestigioso Dow Jones Sustainability Index, encabeza, además, algunos de los proyectos más avanzados de digitalización que abren la puerta a la llamada green aviation, una aviación más respetuosa con el medioambiente.

Por ejemplo, Indra trabaja para digitalizar completamente el integrated Network Manager (iNM), un sistema de tráfico aéreo único, clave para la coordinación entre 43 estados y más de 500 aeropuertos. Ha sido elegida por Eurocontrol para desarrollar este estratégico proyecto, que facilitará una planificación de las operaciones de vuelo más precisa, incrementará la puntualidad y seguridad, elevará la capacidad para gestionar más tráfico aéreo en Europa y aumentará la sostenibilidad. Según fuentes del sector, el iNM podría llegar a superar las estimaciones de los estudios de reducción de CO2 en la gestión del tráfico aéreo y alcanzar un ahorro de emisiones de entre un 15 y un 30%.

A través del iNM se gestionarán con tecnología de Indra el 100% de los vuelos en espacio aéreo europeo. Pero, además, la compañía está marcando el futuro del sector en Europa a través del macro programa de I+D+i SESAR.

El consejero delegado de Indra, Ignacio Mataix, destacaba recientemente en el lanzamiento de SESAR 3 Joint Undertaking, donde intervino en representación de la industria, que «la colaboración público-privada ha sido clave para convertir a Europa en referente mundial de la gestión del tráfico aéreo en el mundo» y que «es momento de aprovechar las nuevas oportunidades que brinda la digitalización y de contribuir a la firme apuesta de Europa por la sostenibilidad y el cuidado del medioambiente».

Según los expertos de Indra, entre las principales tendencias que ya están transformando la forma de volar y de gestionar el espacio aéreo destacan la inteligencia artificial, la digitalización o la virtualización.

Estos expertos explican que, por ejemplo, mediante la combinación de técnicas de aprendizaje automático y optimización, están trabajando «para optimizar el flujo combinado de planes de vuelo y trayectorias a nivel continental, con el fin de permitir un espacio aéreo hasta un 30% más eficiente, en términos de retrasos y desviaciones de la trayectoria óptima, y más respetuoso con el medio ambiente, con una reducción de entre un 20 y un 30%, tanto del consumo de combustible como de las emisiones de CO2». La digitalización podría ayudar también a reorganizar los flujos de tráfico en caso de una incidencia en Europa, como la erupción de un volcán, analizando todas las alternativas de actuación para elegir la mejor, reduciendo retrasos e impacto medioambiental. Con una visión de futuro, disponer de una infraestructura flexible basada en cloud permitiría adaptarse a la demanda, absorbiendo los picos sin sobredimensionar la capacidad y reduciéndola en caso de una situación como la pandemia, en la que el tráfico aéreo cayó en picado.

Indra también está aplicando la realidad aumentada en una innovadora torre de control virtual, que permite la gestión del tráfico aéreo de forma remota y que se implantará en el aeropuerto de Budapest.

En cuanto a la virtualización, convierte a los proveedores de servicios de navegación aérea en integradores de diferentes servicios como radar, planes de vuelo o información meteorológica, provistos por otras entidades, que pueden estar en otra localización y atender a diferentes clientes, al igual que sucede con los servicios cloud. Esto permite asegurar la continuidad del servicio a nivel europeo, aumentar la capacidad de la red, reducir la fragmentación, avanzar en la construcción de un cielo europeo integrado, y contribuir a una aviación más eficiente y menos contaminante.

Innovación hecha realidad

Indra sigue dando pasos para estar a la vanguardia del sector. En colaboración con Enaire, ya está desplegando la primera plataforma de gestión del tráfico de drones (UTM/ U-Space) que cumple con la normativa europea y que ayudará a gestionar el gran volumen esperado de drones y su coexistencia con la aviación tripulada. Junto con el proveedor de servicios de navegación aérea español, ha creado Startical, que desplegará una constelación de 200 satélites para facilitar la gestión del tráfico aéreo en cualquier punto del planeta, reforzando la seguridad en zonas oceánicas o remotas.

En definitiva, el inglés es el lenguaje oficial de la aviación, pero la tecnología que la sustenta habla español, gracias a Indra.