La cifra de españoles ricos cae un 6,7% por la pandemia, el primer retroceso desde 2013

La pandemia vació los bolsillos de todos los españoles, incluso de los más adinerados. En concreto, en 2020, el año del estallido de la pandemia, el número de contribuyentes que declaró rendimientos del trabajo en el IRPF superiores a los 600.000 euros anuales se hundió un 6,7% (794 ricos menos) respecto al ejercicio anterior, lo que supone el primer retroceso desde 2013, hasta situarse en un total de 11.113 contribuyentes. Así lo refleja la última estadística de declarantes del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) correspondiente al ejercicio 2020 publicada por la Agencia Tributaria.

Solo un 0,05% de los españoles ingresan más de 600.000 euros al año

Pese a esta caída y a que la cifra de ricos es muy baja en relación al volumen de contribuyentes (el 0,05% de todos los declarantes), entre el año 2007, en el inicio de la anterior crisis económica, y el pasado 2020los contribuyentes que han declarado rentas superiores a los 600.000 euros han crecido un 5% desde los 10.580 declarantes que tenían estas rentas hace más de una década. No obstante, en este camino hacia cifras récord de ricos, el número de los contribuyentes con rendimientos superiores a 600.000 se hundió en 2013 hasta su mínimo con apenas 4.553 declarantes, tras caer previamente 24% entre 2007 y 2008. Después de este impasse, los ciudadanos más adinerados fueron recuperando sus ingresos hasta volver en 2018 a cifras previas a la Gran Recesión y situarse en 2019 en máximos históricos (11.907 ricos).

Entre el inicio de la anterior crisis (2007) y la pandemia (2020), la tributación de los ricos también aumentó. En concreto, la tributación de estos contribuyentes ha pasado de los 190.451 euros de media que pagaban al Fisco en el año 2007 a los 195.444 euros que abonaron en 2020. Respecto al ejercicio 2019, cuando pagaron de media 227.529 euros, cayó un 14,1%, lo que deja patente su notable caída de ingresos durante el primer año de crisis derivado de la pandemia.

En cambio, la gran mayoría de la población (60,81%) ingresó en 2020 entre cero (o incluso negativo) y 21.000 euros. En concreto, el tramo de rendimientos más voluminoso es el queva de entre 12.000 y 21.000 euros, con 4,33 millones de contribuyentes, el 20% del total, mientras que otros 4 millones obtuvieron rendimientos de entre 30.000 y 60.000 euros (18,9% del total). Además, 3,55 millones (el 16,45%) declaró rendimientos entre 1.500 y 6.000 euros, mientras que otros 3,47 millones (el 16,05%) declararon entre 21.000 y 30.000 euros anuales en rentas del trabajo. Otros 2,3 millones (el 10,66%), declararon entre 6.000 y 12.000 euros. En el tramo más bajo (entre 0 y 1.500 euros), se situaron 1,5 millones de liquidaciones de IRPF (el 7,1% del total), mientras que un total de 1,4 millones de declaraciones, el 6,6% del total, registró un resultado de la declaración negativo o cero.

Más de 900.000 contribuyente ganan más de 60.000 euros

En el lado contrario, los tramos más altos de la tabla, los contribuyentes que declararon entre 60.000 y 150.000 euros fueron un total de 802.685 personas (el 3,71% del total), y los que tuvieron rendimientos entre los 150.000 y los 600.000 fueron 103.394 (el 0,48% del total). De esta forma, y sumando también a los que declaran más de 600.000 euros, el conjunto de contribuyentes con rentas superiores a los 60.000 euros alcanzó en 2020 los 917.192, un 0,5% más respecto al año 2019, debido principalmente al aumento de declarantes en el tramo de 60.000 a 150.000 (+1,08%). No obstante, si solo se tiene en cuenta los dos tramos más altos (entre 150.000 y 600.000 y por encima de los 600.000) euros, los españoles más adinerados cayeron en 4.120 personas en comparación con 2019, ya que los contribuyentes con rendimientos entre 150.000 y 600.000 euros fueron 3.326 menos que el año anterior y lo que ganaron más de 600.000 euros, 794 menos.

La estadística de los declarantes de IRPF del año 2020 recoge que se presentaron un total de 21.638.795 liquidaciones, un 2,9% más, en un año marcado por el aumento de obligados a declarar como consecuencia de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y por la obligatoriedad de presentar declaración para todos los perceptores del Ingreso Mínimo Vital (IMV):