Macroeconomía

Los economistas avisan: España entrará en recesión en invierno

Advierten que la subida de tipos afectará a las cuentas de resultados de las empresas y a las cuentas públicas, que deberán “destinar más presupuesto al pago de la deuda”

La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, en una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en el Palacio de La Moncloa, a 26 de julio de 2022, en Madrid (España)
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, en una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en el Palacio de La Moncloa, a 26 de julio de 2022, en Madrid (España)Eduardo ParraEuropa Press

España entrará en recesión con la llegada del invierno, con tasas negativas de crecimiento a finales de este año y en el primer trimestre de 2023, con lo que la economía española entrará en recesión técnica con dos crecimientos trimestrales negativos. Esta es la predicción que hace el Consejo General de Economistas (CGE), al que los buenos datos presentados por el INE la pasada semana -un crecimiento del 1,1% en el segundo trimestre, más de los esperado- no le han servido para mejorar sus proyecciones. Es más, los economistas mantienen el crecimiento en el 3,9% y en el entorno de entre el 1,7 y el 1,8% para 2023, pero han disparado la tasa media anual del IPC desde el 7,1% al 8,3%.

Así lo han corroborado en el ‘Observatorio Financiero del Consejo General de Economistas’, solo salvan al buen comportamiento del turismo, del comercio y de la hostelería en el segundo y tercer trimestre de este año, lo que está repercutiendo de forma positiva en el empleo. Sin embargo, esto no es suficiente para ver los “famosos brotes” verdes tras la pandemia de la ministra económica Nadia Calviño y advierten de que se espera una “cierta recesión” en el cuarto trimestre del año y primero de 2023. Al final del trimestre actual se espera un crecimiento en torno al 1%, pero solo “gracias al sector servicios motivado por la campaña de verano”.

La causa directa de este parón no es otra que la presión inflacionaria que, según apuntan en el CGE, cerrará este año en el citado 8,3%. De acuerdo con los datos adelantados por el INE, el IPC del mes de julio se ha reducido en 0,2%, aunque en tasa interanual se sitúa en el 10,8%, seis décimas por encima de la registrada en junio, mismo incremento que la inflación subyacente, que se sitúa en el 6,1%. Parecida situación ven en la zona euro en julio se ha situado en el 8,9% interanual y la subyacente en el 5% interanual, aunque estas es 1,9 y 1,1 puntos inferiores respecto a la española. “Esta subida de precios supone un encarecimiento de las importaciones europeas, mientras que las importaciones de materias primas, la mayoría nominadas en dólares, se ven afectadas además por el tipo de cambio”, han alertado los economistas.

Según la organización, la debilidad del euro y la alta inflación en Europa (8,9%) harán que siga la escalada de tipos de interés por parte el BCE, aunque, al tratarse de una inflación de oferta, la subida de tipos es una política menos eficaz que si fuera de demanda, pero, a pesar de ello, es el único resorte que tienen a mano de los bancos centrales dada la falta de control sobre las políticas fiscales.

Los economistas defienden que “tanto el endeudamiento del sector público como el privado se va a encarecer con la subida de los tipos de interés de referencia y afectará a las cuentas de resultados de las empresas y, cómo no, a las cuentas públicas, debiendo destinar más presupuesto al pago de la deuda”. En este sentido, reconocieron que en los últimos años se ha conseguido que el coste medio de la deuda esté por debajo del 2%, “aunque se mantiene en un nivel muy alto (117,04% en mayo)”. Por ello, estiman un cierre de ejercicio de la deuda pública alrededor del 115,3%, seis décimas menos que en su estimación anterior.

Mejores perspectivas ven en el mercado laboral. Esperan que la tasa de paro a final de año se sitúe en torno al 12,4%, rebajando su estimación en 0,8 puntos debido al “incremento de la actividad económica en el trimestre, así como a los efectos de la reforma laboral, en concreto con la implementación de los contratos fijos discontinuos en sectores como la hostelería y la restauración”. Sin embargo, esta tasa sigue siendo la más elevada de toda la UE, lo que puede complicar una salida más rápida de la actual crisis.

Respecto a la productividad, el informe destaca que ésta ha crecido en tasa interanual el 1,3% por puesto de trabajo en el segundo trimestre, y un 2,5% por hora trabajada frente al trimestre anterior -que tuvo un decremento del 1,1%-, pero sigue siendo baja respecto a otros países europeos, que, “unido al diferencial en el índice de precios”, hace que la economía española sea “menos competitiva”.

En cuanto a deuda y déficit, los economistas también mantienen la previsión de déficit en torno a 5,3% del PIB, pero se estima que la deuda pública supondrá el 115,3 del PIB a 31 de diciembre de 2022, seis décimas menos que lo estimado en la previsión anterior y en línea con las previsiones de otros organismos. El CGE advierte que la subida de tipos afectará a las cuentas de resultados de las empresas y a las cuentas públicas, que deberán “destinar más presupuesto al pago de la deuda”.