Banca

Goldman Sachs se coloca como primer accionista de Santander y BBVA

El banco estadounidense invierte casi 6.000 millones y desplaza a Black Rock como accionista de referencia, pero no alcanza el derecho a voto en ninguno de los consejos de administración de estas entidades

Goldman Sachs se ha colocado en primera posición en el accionariado de dos de las principales entidades financieras españolas, Banco Santander y BBVA, con un 7,4% del capital de cada una de ellas. Este paso lo ha logrado a través del uso de derivados financieros -lo que se conoce como contratos de compras de acciones futuras a un precio prefijado de antemano y ‘call options’-.

Según consta en sendas comunicaciones remitidas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el gigante de inversión estadounidense ha desplazado a la gestora estadounidense BlackRock como principal accionista en ambas entidades, en las que controla un 5,4% en el caso del Santander y un 5,9% en el del BBVA. Goldman Sachs ha confirmado en la CNMV la compra de casi un 0,60% de las acciones del BBVA, en tanto que otro 6,8% del capital que ha declarado procede de instrumentos financieros comprados a iniciativa de sus clientes, alcanzando el 7,4% total, lo que equivale a 2.455 millones de euros, teniendo en cuenta el precio de 5,495 euros al que cotiza actualmente la entidad en Bolsa.

En el caso del Banco Santander, en el que es la primera vez que aflora una participación tan significativa en la entidad, el porcentaje informado por Goldman es del 7,46%, con casi un 7,2% en instrumentos financieros de clientes y un 0,26% en acciones. De esta forma, Goldman se sitúa por delante de la mencionada Black Rock, así como de la gestora Dodge&Cox y de Norges Bank, ambos con poco más del 3% del banco que preside Ana Botín. Los derivados que acumulados en el banco que preside Ana Botín equivalen a 1.253 millones de acciones, con un valor de 3.485 millones de euros, a precio de cierre valorado en 2,780 euros por título.

Según adelanta Expansión, ambas participaciones están valoradas en unos 6.000 millones de euros y no dan derecho a voto en ninguno de los consejos de administración de estas entidades. El motivo es que la forma de tomar posiciones en estos dos bancos por parte del inversionistas norteamericano, a través de ‘call options’ y contrato de futuros le permite mayor flexibilidad de decisión, ya que no le obliga a tomar de forma definitiva el lote accionarial pactado, por lo que se reservaría el derecho a no renunciar a su compra si lo estimara oportuno.