La mesa de negociación del Acuerdo Interconfederal para el Empleo y Negociación Colectiva (AENC) entre patronal y sindicatos está paralizada desde hace meses por el alejamiento de posturas. La patronal CEOE atribuye el estancamiento del diálogo a las «exigencias inviables» de los sindicatos. Por ello, las dos principales organizaciones e trabajadores, CC OO y UGT, han decidido cambiar de táctica y preparan una contrapropuesta conjunta para intentar «desatascar» la negociación y cerrar un acuerdo sobre la subida de los salarios en convenio.

Según fuentes sindicales, su plan pasa por flexibilizar su postura respecto a ligar el incremento sobre el IPC con el que cerró diciembre, del 5,7%, y rebajar sus condiciones, que pasaban por una subida del 3,5% para 2022 y una recomendación del 2,5% para 2023, con una parte variable con la evolución del IPC de 2022 hasta llegar a un mínimo del 3%, un esquema que se repetiría para 2024, con un alza del 2% y un variable en función de la inflación de 2022 y 2023 con un mínimo del 2,25%. Para 2025, el esquema vincularía el alza al dato de inflación de diciembre de 2024 más un 0,25% adicional. Una propuesta rechazada de plano por la patronal porque suponía «una trampa» que lleva a indexar el incremento salarial con el IPC y «abre la puerta a que se aplique de manera automática anualmente», lo que «contribuiría al aumento incontrolado de la inflación de segunda vuelta en las empresas».

Así las cosas, los sindicatos se abren a la inclusión de una cláusula de revisión salarial ligada, además de en parte a la inflación, a otros factores, como la situación de cada sector económico. o la que tenga cada empresa en concreto. De esta forma, este nuevo planteamiento iría en la línea de «utilizar otros elementos a la hora de poder determinar cuál es la cláusula de revisión que se utiliza para los salarios», explicaron fuentes sindicales.

En la CEOE de momento mantienen su escepticismo porque aún «no hemos recibido de forma oficial ninguna propuesta y no conocemos por el momento la letra pequeña», por tanto, están a la espera de los detalles para poder fijar posición. Lo que sí reconocen es que este cambio de postura al menos «es un avance», ya que se rompe con la «exigencia innegociable que tenían sobre una subida ligada al IPC y se abren a valorar otros indicadores». De momento, se verán las caras el martes en la mesa de diálogo del SMI.