Economía

El Banco de España advierte que la baja productividad impide a España converger con Europa en renta per cápita

El gobernador Pablo Hernández de Cos advierte que la Inteligencia Artificial (IA) podría elevar las desigualdades de determinados colectivos en el mercado laboral español

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de CosSPAIN INVESTORS DAYSPAIN INVESTORS DAY

Los mercados laborales han seguido mostrando un comportamiento favorable, en un contexto en el que la actividad económica global se ha visto lastrada, entre otros factores, por las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania desde principios de 2022 y por el endurecimiento posterior de la política monetaria, necesario para alcanzar la estabilidad de precios. Así, el empleo ha continuado creciendo a tasas notables en 2023 en un contexto de desaceleración de la actividad.

En España, el avance interanual de la ocupación se situó en el 3,6 % a finales de 2023, muy superior al crecimiento del PIB, que se situó en el 2 %. Del mismo modo, en la Unión Económica y Monetaria (UEM), mientras que la actividad solo creció un 0,1% a finales de 2023, en términos interanuales, el empleo mostró un avance del 1,2%. Son algunos de los datos que el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, quiso destacar en su intervención sobre el mercado laboral, su evolución reciente, retos y desafíos, y que tuvo lugar en la sede de Cunef la semana pasada.

Hernández de Cos destacó como rasgo característico de ese periodo el descenso de la jornada media laboral que estaría reflejando diferentes factores, como el aumento de peso del empleo público, donde la jornada laboral media tiene una menor duración, y el incremento observado de las bajas por enfermedad. En relación con este último fenómeno, en España los datos de la Encuesta de Población Activa muestran que en 2023 el 4,1 % de los ocupados declararon no haber trabajado la semana de referencia por enfermedad, accidente o incapacidad temporal, cuando este porcentaje se situaba en el 2,4 % en 2019. "En todo caso, con un carácter más estructural, la jornada laboral media presenta en la mayor parte de las economías avanzadas una tendencia histórica decreciente asociada al progreso tecnológico, así como a otros factores, como el aumento de peso de las ramas de servicios, la mayor participación laboral femenina y el incremento de la ratio de parcialidad", explica de Cos.

El Banco de España ya recomendó el pasado diciembre que estas tendencias deben tenerse en cuenta en relación con la reciente discusión en España sobre la posibilidad de efectuar una reducción de la jornada laboral legal y que la ministra de Empleo, Yolanda Díaz, puso sobre la mesa. "La caída observada en la duración de la jornada laboral media ha sido muy heterogénea por sectores y empresas y, por tanto, ha permitido adecuarse a las características específicas de las empresas y sus efectos sobre la productividad y los costes laborales, así como a las preferencias de los trabajadores. Todo ello en un contexto en el que también se ha producido un aumento muy significativo del teletrabajo, que ha facilitado una mejor conciliación de la vida personal y laboral de los trabajadores. En España, este aumento ha supuesto que el 13,9 % de los ocupados teletrabajaron en 2022, ocasionalmente o con regularidad, desde el entorno del 8 % de antes de la pandemia", apuntó el gobernador.

En tercer lugar, quiso destacar que el buen "comportamiento relativo" del empleo se está traduciendo en un "comportamiento muy débil" de la productividad aparente del trabajo. En el caso de la economía española, a finales de 2023 la productividad por persona ocupada se situó un 1,4 % por debajo de la registrada a finales de 2019, tras registrar un descenso del 1,5% en el último año. En el caso de la productividad por hora, se observó un avance acumulado del 0,8 % en los últimos cuatro años, con una evolución particularmente negativa en 2023, a finales del cual se registró un descenso del 0,8 % interanual. "La pobre dinámica de la productividad tiene un elevado componente estructural y, de hecho, se encuentra detrás de la ausencia de convergencia en renta per cápita de nuestra economía con el resto de la Unión Europea (UE) en las últimas décadas, que se habría prolongado también en los últimos cuatro años. En consecuencia, una de las prioridades de la política económica debería ser precisamente acometer reformas ambiciosas que ayuden a mejorar la dinámica de esta variable", apuntó Hernández de Cos.

Riesgos de mayor desigualdad por la IA

En cuarto lugar, el grado de resiliencia del empleo durante los últimos años ha sido relativamente dispar por ramas de actividad. Así, el empleo en el sector público ha crecido relativamente más que en el sector privado desde finales de 2019, situando su peso en el empleo total en el 16,9 % a finales de 2023, 0,6 puntos porcentuales (pp) por encima de su nivel de cuatro años antes, siendo este incremento superior en España que en el conjunto de la zona del euro.

El crecimiento del empleo ha sido mayor en los servicios (exceptuando los sectores de comercio y hostelería, muy afectados inicialmente por las restricciones asociadas a la pandemia) que en la industria, donde el empleo ha permanecido estable respecto a finales de 2019, y la agricultura, donde se ha observado un descenso en estos cuatro años. Entre las ramas de servicios destaca el buen comportamiento de las actividades profesionales, científicas y técnicas y de información y comunicación. En este capítulo, el gobernador resaltó que de cara al futuro, "la incertidumbre sobre el impacto de la IA sobre el mercado de trabajo es muy elevada. En principio, las ganancias de productividad asociadas a estas tecnologías podrían mejorar los ingresos laborales totales, pero los riesgos de mayor desigualdad y de desplazamiento de determinados colectivos del mercado laboral también son elevados. Por países, el impacto de las nuevas tecnologías dependerá del desarrollo de infraestructuras digitales, el capital humano y las habilidades digitales de los trabajadores y la flexibilidad del mercado de trabajo y de las políticas de empleo. Una combinación de indicadores de estos factores institucionales sitúa a la economía española con algo de retraso entre los países más desarrollados en lo que respecta al grado de preparación para la implementación de estas nuevas tecnologías", advirtió el gobernador.

Pablo Hernández de Cos también se refirió al envejecimiento de la población española, el cual se está traduciendo en un aumento muy notable del peso relativo de la población activa de mayor edad. Entre los cuartos trimestres de 2019 y 2023, el crecimiento de la población activa de mayor edad (de 55 a 69 años) fue del 21,1%, mientras que la población activa juvenil (de 16 a 24 años), animada por la recuperación del empleo, creció un 12 %. Por su parte, la población activa adulta (de 25 a 54 años) disminuyó casi un 1,3 %, disminución que "no se debe a una caída de la tasa de actividad, que ha seguido una senda similar a la de la tasa de empleo, sino que se explica en su totalidad por la reducción de la población en el grupo de edades intermedias". En cualquier caso, de Cos recuerda que la tasa de paro se situó a finales de 2023 en el 11,8 %, 2 pp por debajo de la de finales de 2019 y muy por encima del mínimo alcanzado antes del estallido de la crisis financiera global en 2008 (8 %).

Por colectivos, la evolución favorable de la tasa de paro es generalizada. Comparando con los niveles previos a la pandemia, el descenso de la tasa de desempleo está siendo más intenso entre los menores de 25 años (−2,1 pp, aunque mantienen la tasa de paro más elevada, en el 28,4 %) y aquellos con edades intermedias (−2,3 pp) que entre los trabajadores mayores de 55 años (−1,6 pp). En el área del euro, los desarrollos son similares, aunque los descensos han sido más homogéneos por grupos de edad.

Menor paro a mayores estudios

Cuando se analiza la evolución de la tasa de paro de larga duración, también se observa el buen comportamiento del mercado laboral, manifiesta el Banco de España. "Así, en España la tasa de paro de larga duración se situó en el 4,7 % a finales de 2023, 0,5 pp inferior a la de finales de 2019, y el porcentaje de parados de larga duración se situó en el 40,3 %, unos 3 pp por debajo del de 2019. En el conjunto de la zona del euro, los desarrollos son similares, con un descenso de la tasa de paro de larga duración del 3 % al 2,3 % desde finales de 2019 hasta el tercer trimestre de 2023. Por nivel educativo, en España aquellos con menor nivel de formación siguen presentando las tasas de paro más elevadas (17,3 % en el tercer trimestre de este año), pero han registrado un descenso de 2,5 pp respecto a hace cuatro años 16. En todo caso, la brecha con los colectivos más formados es aún elevada, ya que el colectivo con estudios universitarios presenta una tasa de desempleo del 7,6 %", recordó el gobernador.

Asimismo, los colectivos con menor nivel de formación son los que presentan mayor brecha de paro respecto a la observada en la UEM, que se cifra en 6 pp y 6,5 pp para aquellos con estudios primarios y secundarios, respectivamente, en torno al doble de la diferencia observada para el colectivo con estudios universitarios.

Falta mano de obra

A pesar de la elevada tasa de paro, se ha observado en los últimos años un cierto tensionamiento del mercado de trabajo en nuestro país, advierte el gobernador. En concreto, la proporción de ofertas de empleo que quedan sin cubrir, la llamada «tasa de vacantes», ha aumentado y las empresas españolas detectan dificultades de disponibilidad de mano de obra. Así, de acuerdo con los resultados de la última Encuesta del Banco de España sobre la Actividad Empresarial (EBAE), el 43 % de las compañías encuestadas en el último trimestre del año pasado declararon un impacto negativo sobre su actividad derivado de la falta de disponibilidad de mano de obra. Este problema es algo más acusado en los empleos que requieren perfiles laborales con Formación Profesional media o superior y, por ramas de actividad, en la industria, la construcción y el transporte.

De hecho, las elevadas diferencias en el paro por nivel educativo mostradas anteriormente apuntan a un alto desajuste en la composición por nivel de formación observada entre los desempleados y los ocupados. Mientras que casi el 50 % de los desempleados tienen un nivel educativo bajo, este porcentaje es inferior al 30 % entre los ocupados. "En esta situación, un objetivo clave para las políticas laborales debe ser una mejora de las políticas, tanto activas como pasivas, de protección a los desempleados que propicie una reducción significativa del desempleo hasta converger en tasas más cercanas a las observadas en el resto de las economías avanzadas. Un ingrediente fundamental para alcanzar esta mejora es hacer compatible la necesaria protección de los colectivos más vulnerables cuando se encuentran en una situación de desempleo con unos incentivos adecuados a la oferta de trabajo. Esta situación se combina con unos requisitos para el cobro de las prestaciones, en términos de exigencias para comprobar la disponibilidad de los parados y la búsqueda de empleo, que tienden a ser relativamente laxos en relación con lo observado en otros países, lo que limita los incentivos de los desempleados a la búsqueda de empleo y contribuiría al mantenimiento de elevadas tasas de paro", advierte de Cos.

A la luz de las mejores prácticas desplegadas en otros países, el gobernador propone las siguientes opciones: 1.- introducir cambios en la duración de las prestaciones/subsidios, posiblemente condicionados al ciclo o con sendas decrecientes en sus cuantías, sin reducir los niveles de protección ex ante; 2.- permitir que determinados subsidios/prestaciones sean compatibles —con carácter temporal o permanente— con el empleo, con vistas a incentivar la reinserción laboral; 3.- mejorar la coordinación de las diferentes políticas de rentas desplegadas por las distintas Administraciones Públicas, reforzando la integración de las políticas activas y pasivas de empleo, y llevar a cabo un perfilado profesional adecuado de los desempleados y de las vacantes, y una evaluación rigurosa de los programas de formación e inserción laboral, así como adecuar los recursos destinados a estos programas a los resultados de dicha evaluación.

Contratos fijos discontinuos

Hernández de Cos destacó también la reducción significativa, en el período más reciente, de la tasa de temporalidad que se ha visto acompañado de un aumento notable de los contratos fijos discontinuos que explicaría casi una cuarta parte de la reducción de la temporalidad. "Estos contratos fijos discontinuos, pese a su carácter indefinido, presentan una elevada rotación entre episodios de empleo e inactividad a lo largo del año. Por otro lado, el aumento del resto de contratos indefinidos (distintos de los fijos discontinuos), tanto a tiempo completo como parcial, ha coincidido con un aumento de las tasas de destrucción de estos puestos de trabajo en los meses transcurridos tras la reforma. En definitiva, la información disponible hasta el momento apunta a un aumento de la estabilidad laboral, aunque de menor cuantía que el derivado del descenso en la ratio de temporalidad, dado el incremento en la rotación laboral de los contratos indefinidos".

Por último, el gobernador señaló que mejorar el funcionamiento del mercado de trabajo resulta, además, fundamental para corregir los factores que han impedido la convergencia en renta per cápita de nuestra economía con la UEM en las últimas décadas: una baja productividad y una reducida tasa de empleo. "La mejora de la productividad y de la tasa de empleo es, asimismo, un elemento fundamental de una estrategia que persiga la reducción sostenible de la desigualdad. Abordar estos retos exige de reformas ambiciosas, que incluyen la mejora del marco institucional de nuestro mercado laboral, la modernización de las políticas activas y pasivas de empleo, la reforma del sistema educativo, la adaptación de las políticas migratorias al nuevo contexto demográfico y la adecuación de los programas de protección social al nuevo contexto tecnológico y demográfico. Estas deben ser, en mi opinión, algunas de las prioridades de la política económica en los próximos años", concluyó el gobernador del Banco de España..