Macroeconomía

El Banco de España prolonga el desplome de la inversión y retrasa el impacto positivo de los fondos europeos a 2025

El supervisor apunta que esta "acumulación de sorpresas negativas" refleja la "mayor debilidad estructural" de la inversión

Fachada del Banco de España.
Fachada del Banco de España. Jesús G. FeriaLa Razón

"Somos pesimistas sobre la inversión empresarial este año". Con esta frase, el director general adjunto Economía y Estadística del Banco de España, Carlos Thomas, resumía el mal momento de las inversión en España, que ha ido agudizándose durante los últimos trimestres. El panorama de "debilidad" económica tiene un claro reflejo en el parón de la inversión empresarial -pese al avance del 0,4% en el inicio del año-, que mantiene en el primer trimestre de este año la misma "atonía" que mostró durante 2023, lo que augura un comportamiento "peor del anticipado", tras contraerse un 2% intertrimestral.

Así lo apunta el último informe del Banco de España sobre las proyecciones macroeconómicas de los tres próximos ejercicios, que estima que este retroceso inversor, mayor que el observado en el tercer trimestre (del 0,7%), fue generalizado, aunque destacó la caída de la inversión en maquinaria y bienes de equipo (del 4,8%). El supervisor apunta que esta "acumulación de sorpresas negativas" podría estar reflejando una "mayor debilidad estructural" de la inversión empresarial que la considerada unos meses atrás, y señala la fragilidad de la inversión empresarial que tendrá también este año. Sólo la inversión en vivienda mostró un tono más positivo, aunque al alerta que el contexto de aumento del precio de la vivienda -del 4,2% interanual a finales de 2023-, provocado por una oferta insuficiente para atender las necesidades de la demanda. La inversión total sigue un 5% por debajo de niveles prepandemia y no alcanzarán esa cota por lo menos hasta 2026.

El supervisor avisa de que tanto el consumo privado como la formación bruta de capital fijo se comportaron "peor de lo esperado". El primero porque se desaceleró más de lo previsto, para avanzar un 0,3%, muy por debajo del incremento del 1,2% registrado en el tercer trimestre; el segundo porque se contrajo con intensidad la inversión. Por ello, alerta de que, de prolongarse la relativa debilidad de estos dos componentes de la demanda, que habitualmente constituyen los principales soportes de crecimiento estable para cualquier economía, "podría condicionar la capacidad de la economía española para mantener en los próximos trimestres el elevado grado de dinamismo que presentó a finales de 2023".

Por tanto, el dinamismo de la actividad económica española se habría ralentizado ligeramente en el primer trimestre de este año, en el que el consumo privado mantendría un ritmo de crecimiento similar al del cuarto trimestre del año pasado, mientras que la inversión empresarial seguiría mostrando debilidad.

Esta debilidad inversora también tiene que ver con la estabilización del ritmo de ejecución del Plan de Recuperación y de los proyectos asociados a los fondos europeos y, por tanto, de su impacto sobre la actividad empresarial, que se mantendrá como en 2023. Así, el informe señala que el impacto de la inversión de estos fondos en los últimos trimestres "ha sorprendido a la baja en nuestro país", por lo que advierte que si esta debilidad se prolongase en el tiempo más allá de lo esperado "presionaría a la baja la economía y la inflación a lo largo del horizonte de proyección". El Banco de España estima que el impacto de estos fondos no avanzará este año -se mantendrá igual que en 2023- y retrasa su impacto máximo sobre el nivel de PIB a los años 2025 y 2026.

Por ello, el regulador avisa de que la inversión seguirá siendo el componente de la demanda que muestre una "recuperación más tardía de los niveles prepandemia", además de que puede restar dos décimas al crecimiento del PIB de este año.